El presidente de la República, Enrique Peña Nieto se va de Los Pinos por la puerta de atrás, pues no pudo dar continuidad al gobierno priista después de dos sexenios de administraciones del Partido Acción Nacional (PAN), pero sobre todo porque Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, ganó la elección del 1 de julio con más del 50 por ciento de la votación.
En el caso de Oaxaca, con el 65.49 de los electores, lo que le confiere un alto bono democrático, fincado en la legitimidad y la legalidad.
Un bono democrático que se construyó con el hartazgo ciudadano por la inseguridad, pobreza, corrupción e indiferencia de la administración federal a los problemas de la sociedad, pero también por los permanente recorridos de López Obrador por todo el país desde el 2006, cuando contendió por primera vez como candidato a la presidencia de la República por la Coalición Por el Bien de Todos.
López Obrador tienen entonces un respaldo popular sin precedente en la historia democrática del país, ante un Presidente que obtuvo los peores resultados electorales para su partido.
El bastión oaxaqueño
En el proceso electoral 2012 el candidato ganador Enrique Peña Nieto, de la coalición Compromiso por México, que integraron los partidos revolucionario institucional (PRI) y verde ecologista de México (PVEM), obtuvo 19 millones 158 mil 592 votos, 38.20 por ciento de votación; en tanto el candidato de la coalición Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, que integraron los partidos de la revolución democrática (PRD), del trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC), alcanzó 15 millones 848 mil 827 sufragios, 31.60 por ciento de la votación.
En el caso particular de Oaxaca, con una participación del 61.98 por ciento del padrón electoral, la Coalición Movimiento Progresista (PRD-PT-MC), que postuló a Andrés Manuel López Obrador, alcanzó 696 mil 211 votos (43.36 por ciento), seguida por la Coalición Compromiso por México (PRI-PVEM, que postuló a Enrique Peña Nieto, que obtuvo 556 mil 394 (34.65 por ciento), mientras que el PAN solo consiguió 290 mil 987 sufragios.
Como en el 2006, cuando Andrés Manuel López Obrador participó por primer vez como candidato a la Presidencia de la República, se impuso al PRI.
La elección más participativa
Sin embargo, fue el pasado 1 de julio cuando el candidato López Obrador prácticamente arrasó en la elección presidencial.
En este hecho histórico Oaxaca se ubica en el cuarto lugar con el mayor número de votos a favor de López Obrador, 1 millón 260 mil 562 sufragios, después de Chiapas, Tlaxcala y Tabasco, por lo que su contribución no fue menor.
En la entidad la coalición Juntos Haremos Historia, que conformaron los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), que postuló a Andrés Manuel López Obrador, obtuvo 1 millón 260 mil 562 sufragios, el 65.33 por ciento de la votación.
La coalición Todos por México, que integraron PRI, PVEM y Partido Nueva Alianza (Panal), que postuló a José Antonio Meade Kubrideña, registró 342 mil 108 votos, el 17.73 por ciento de la votación total.
Mientras que el candidato de la coalición Por México al frente, Ricardo Anaya, que integraron PAN y PRD, obtuvo 221 mil 686 votos, el 11.48 por ciento.
Ahora bien, cuando un candidato gana con respaldo popular se le concede por parte del electorado un bono democrático, por un tiempo prudente, en espera de que cumpla con los compromisos y ofertas de campaña.
El conferido a Andrés Manuel López Obrador el primero de julio, sin duda, uno de los más grandes en décadas, ya que todos los sectores del país se encuentran a la espera del cambio tan anunciado.
La diferencia abismal en las urnas, hizo el milagro de unificar criterios alrededor del próximo Presidente de la República y a él le corresponde administrar ese bono democrático.
En total, 31 de los 32 estados del país, eligieron al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia.
Inclusive los estados del Norte, en donde nunca antes había recibido apoyo, AMLO afirmó su victoria.
Peña Nieto llegó al 2012 con una base muy superior a la de sus contendientes, con un 32 por ciento de partidarios y sumando, al final, el 39 por ciento de los votos a nivel nacional.
López Obrador, en contraste, llegó con una base no mayor al 15 por ciento de partidarios y obtuvo poco más del doble en votos: 32 por ciento.
Hoy la Historia se ha reescrito.
