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Olvido y abandono en la vía Díaz Ordaz-Villa Alta, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Luis Ignacio Velásquez

SAN PABLO YAGANIZA, Villa Alta, Oaxaca.- A todo lo largo de los 132 kilómetros de la carretera Díaz Ordaz-Villa Alta, la destrucción es evidente. Derrumbes, baches, desaparición del pavimento y tramos de terracería constituyen la vía que une a las comunidades que integran el sector Cajonos-Zoogocho-Villa Alta, mismas que levantan la voz para exigir la reconstrucción de la carretera.


Más de 20 autoridades municipales encabezan el recorrido con Noticias, para mostrar la indolencia de Caminos y Aeropistas de Oaxaca (CAO), en la conservación de esta carretera que apenas tiene 15 años de construcción.


La molestia de las autoridades municipales es evidente: CAO nos mantiene en el olvido y no cumple con los trabajos de conservación de esta vía; por eso exigimos atención y demandamos al gobierno del estado un mejor camino.


Aseveran que recurrirán a las autoridades del gobierno del estado para llevar a cabo los trabajos de rehabilitación de la carretera; “pero si no nos hacen caso, estamos dispuestos a movilizarnos y llegar hasta donde sea necesario, porque no es posible que nos traten como ciudadanos de segunda o tercera”.



En la vía, el pavimento desapareció y solo queda la gravilla. FOTO: Mario Jiménez

Olvido y engaño


El síndico municipal Benedicto Santaella Cristóbal señala que el gobierno los mantiene en el olvido y miente cuando difunde que realiza trabajos de rehabilitación de la carretera. “En diversas ocasiones se han aprobado recursos para rehabilitar la carretera y los trabajos no se hacen o se hacen con mala calidad, por eso la carretera sigue igual”.


“Entonces, es necesario presionar al gobierno para que cumpla sus compromisos, pues no es posible que tengamos este tipo de carreteras con derrumbes y baches que ponen en peligro la vida de los automovilistas”.


Expresa que la carretera no nada más sirve a la comunidad de Yaganiza; “la misma comunica todo el sector Cajonos-Zoogocho-Villa Alta; es decir, más de 30 municipios con sus agencias y rancherías”.


Por su parte, el señor Abel Montes Ríos comenta que en 1990, las autoridades municipales del sector acordaron luchar por acceder a servicios en cuatro rubros fundamentales: caminos, salud, educación y registro civil, por lo que se logró la promesa de hacer un hospital en Yaganiza, se construyó un Cecyte en San Pedro Cajonos y la oficina del Registro Civil se instaló en San Francisco Cajonos; la carretera se construyó en el gobierno de José Murat Casab, pero desde entonces no se le ha dado un mantenimiento adecuado y oportuno.


“En la última reunión que tuvimos con el gobernador Ulises Ruiz Ortiz, se acordó que los trabajos de rehabilitación los llevará a cabo la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y ya no CAO; porque CAO siempre ha hecho un mal trabajo”.



Un pedazo de carretera desapareció en una curva y no existe ni siquiera un señalamiento del peligro. FOTO: Mario Jiménez

Añade que las autoridades municipales pueden hacerse cargo de las obras de conservación del camino, si CAO les entrega los recursos para ello. “La prueba de que esto es mejor, la constituye el tramo de Cuajimoloyas que hizo la autoridad municipal en el gobierno de Ulises Ruiz y todavía está en buen estado, pero las obras de CAO son de muy mala calidad”.


“Hoy existe la necesidad de reorganizar a las autoridades para retomar la fuerza que necesitamos, porque esta carretera ya no puede seguir en este estado”.


Olvidados del gobierno


El tramo LLano Grande-Cuajimoloyas es prácticamente un camino de terracería y de Llano Grande-Piedras Largas es lo mismo, el pavimento ha desaparecido y la tierra suelta ocupa su lugar. En el tramo Piedras Largas-San Pedro Cajonos, el revestimiento que se aplicó hace dos años, ya desapareció.


Además, en el paraje El Trapiche, un derrumbe se comió la mitad de la carretera y no existen siquiera señalamientos para advertir a las automovilistas del peligro.


La agente municipal de Cuajimoloyas, Carmen Juárez, manifiesta que cada año se liberan recursos para rehabilitar la carretera e incluso en los informes de gobierno aparecen enlistadas las obras en la carretera; “pero, la verdad, es que desde el 2002 no hay atención a la vía, sabemos por la boca de Cándido Coheto que hay 60 millones de pesos para revestir la carretera; pero hasta la fecha no vemos que se hayan aplicado, por lo que exigimos a las autoridades de gobierno que cumplan y que el presupuesto que se autoriza lo apliquen, porque esta zona está muy olvidada”.


Expresa que la Secretaría de Turismo invita a hacer turismo en la propia entidad, pero cómo se transita por estas carreteras; “vienen extranjeros a esta zona de la Sierra Juárez, de Alemania, Estados Unidos, de Canadá, y sin embargo vean en qué condiciones están nuestras carreteras; entonces, es importante que en este aspecto, el gobierno del estado voltee la cara a la Sierra Juárez y el Sector Cajonos, ya que estamos olvidados”.


La venganza


En el sector se cuenta que alguna vez, el gobernador José Murat les dijo que había hecho la carretera Díaz Ordaz-Villa Alta porque su hijo Alejandro se había conmovido por el abandono en que vivía; sin embargo, la otra versión señala que las autoridades municipales tuvieron que hacer una marcha de la fuente de las Siete Regiones al palacio de gobierno para exigir al entonces gobernador, que cumpliera su promesa de campaña.


Todavía se ríen cuando evocan las cuentas que hacía el entonces titular del Coplade, Celestino Alonso Álvarez, ante los gritos del gobernador Murat:


-¿Cuánto tenemos para la carretera? ¿Cuánto?


-Este, pues…


-¿Es que no puedes decir cuánto? Las autoridades aquí me están exigiendo que cumpla mi palabra y tú no puedes decir cuánto tenemos para la carretera…


-8 millones de pesos, señor gobernador...


Finalmente, en la reunión celebrada en la Casa de Gobierno, se convino iniciar la carretera por dos puntos: Díaz Ordaz y Villa Alta; sin embargo, después vino la la venganza; se inventaron delitos a los presidentes municipales de San Pedro Cajonos, a quién Murat apodó el Charro Negro, por el sombrero que cubría su cabeza y la forma de hablarle para exigirle respeto, y San Mateo Cajonos, a quienes metió a la cárcel.

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