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Oaxaca, ciudad pintarrajeada

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Están sobre la cantera, en la cortina metálica del establecimiento comercial, en las casetas telefónicas que aún sobreviven, en la fachada de la Catedral y en la de Palacio de Gobierno. En inmuebles catalogados e históricos, así como las puertas de madera de las viviendas antiguas. Se trata de las pintas, expresiones vandálicas convertidas en contaminación visual.


Miles de pintas ensucian toda la ciudad. No hay colonia o fraccionamiento que esté libre de estas acciones que generalmente se realizan al amparo de las marchas, manifestaciones, bloqueos o simplemente de la noche.


“Es una lástima ver este tipo de cosas; no es posible que nosotros mismos estemos destruyendo nuestra ciudad con estas pintas”, protestó Juan Álvarez, trabajador jubilado.



El edificio central de la máxima casa de estudios de Oaxaca, entre pintas y conflictos. FOTO: Román Carlos

Hace muchos años atrás -recordó-, era casi imposible llegar a ver este tipo de contaminación visual. Hoy en día -afirma-, los rayones se realizan a plena luz del día, incluso teniendo de frente a elementos de seguridad.


“Aquí va la marcha resguardada por el policía y aquí también los chamacos y hasta maestros que pintan las calles. No se dan cuenta que lo cortés no quita lo valiente”, indica.


Pintas dañan inmuebles históricos


De acuerdo con cálculos realizados por el Instituto Nacional de Antropología e historia (INAH) a inicios de año, al menos 300 inmuebles con valor histórico ubicados en el primer cuadro de la ciudad estaban pintarrajeados.


En marzo de este año, el INAH llevó a cabo una jornada de limpieza en distintas fechadas de cantera, como fue el caso de la Biblioteca Pública Central Margarita Maza de Juárez, para retirar los daños derivados de la serie de manifestaciones del magisterio y otras organizaciones sociales ocurridas durante el 2016, año álgido por el rechazo a la Reforma Educativa en Oaxaca.



Las pintas representan contaminación visual. Cuando son realizados en inmuebles catalogados o históricos, son un daño al patrimonio. FOTO: Román Carlos

Entre estas edificaciones más afectadas estuvieron el ex convento y templo de Santo Domingo de Guzmán, la iglesia de Las Nieves, y el edificio central de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca y algunas casas particulares.


La rehabilitación de la cantera verde no fue un proceso nada fácil, pues para lograrlo se requirió de material especial diseñado por especialistas para borrar la tinta y evitar dañar la roca.


Ante esos daños, el INAH interpuso tres demandas ante la Procuraduría General de la República (PGR) para dar con los responsables. Las querellas continúan sin resultados.


Aunque las pintas fueron retiradas en su momento, éstas han vuelto a surgir pero con otras consignas, algunas frases de rebeldía, otras advertencias violentas, otras manchones y garabatos sin sentido. En la Catedral metropolitana, por ejemplo, las letras marcadas sobre una lateral señalan: “Sin Dios ni amo”; en tanto que en la fachada del edificio central de la Facultad de Derecho de la UABJO, la expresión es: “no nos adaptaremos al sistema”.



Comercios y casas particulares, también son blanco de las pintas. FOTO: Román Carlos

Sanciones y abrir espacios


José Luis es trabajador en una tour operadora; es una de las vías más directas entre la impresión de los turistas y la presentación de la ciudad.


“Mucha gente dice 'qué hermosa ciudad, qué bella arquitectura'; pero también nos hace la observación de lo maltratada que se encuentran las fachadas con tanta pinta”, expresa.


Para el hombre, una de las principales acciones para evitar la contaminación visual es establecer espacios exclusivos para que los jóvenes puedan expresarse libremente y a la par implementar sanciones severas a quienes incurran en actos de este tipo.



La belleza del centro histórico, opacada por las pintas. FOTO: Román Carlos

En marzo de este mismo año, el diputado local Samuel Gurrión Matías, presentó a la 63 legislatura local un Proyecto de Decreto por el que solicitó reformar los Artículos 388 y 389 del Código Penal del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, con el objetivo de establecer sanciones más severas a quienes dañen con pintas y calcomanías los inmuebles públicos y particulares del Centro Histórico de Oaxaca de Juárez, al ser Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1987 por la UNESCO.


En su propuesta establecía castigar con 2 a 6 años de prisión, o, dependiendo la falta con 200 a 300 días de salario mínimo, a fin de evitar daños en inmuebles particulares como bibliotecas, museos, templos, escuelas o edificios, monumentos públicos de valor histórico, arquitectónico o cultural, además de las obras de arte, archivos públicos o notariales.



Comercios y casas particulares, también son blanco de las pintas. FOTO: Román Carlos

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