En la escuelita, los escolapios del PRI presumían su sapiensa. ¡Basta ya que diputados sin una auténtica representación de los electores estén aquí! El niño Manolo León, de traje bien planchadito, recitaba el discurso que le había preparado la maestra María de las Nieves García Fernández.
Con voz engolada en la lectura, expresaba: "el pueblo quiere verdaderos representantes de sus distritos en el Congreso; quien no pase por el tamiz de un proceso electoral, no tiene derecho a ocupar una curul". Como Homero Cárdenas "Homerito", de la escuelita VIP.
Pero nunca falta un chamaco respondón y en este caso fue Chucho Romero, quien ni tardo ni perezoso les espetó atrabancado: el planteamiento de eliminar de tajo las diputaciones plurinominales, lejos de ser una medida progresista, es regresiva y antidemocrática; es más, es conservadora, puesto que no reconoce la composición plural que hoy tiene Oaxaca
Con manzanitas...
Sacó entonces su cuaderno de tareas y les expuso el problema desde un punto de vista matemático; con manzanitas, pues. “Si la reforma estuviera vigente en esta legislatura, el PRI con 13 distritos ganados y una votación del 27.70 en las urnas, tendría una representación de 52 por ciento, esto es una sobre representación; y un partido como el PT que tiene 9 por ciento de la votación no estaría aquí; es decir, el sector de la población que votó por él no tendría voz ni voto”.
Sin amilanarse ante las miradas airadas de sus compañeros de banca priístas, añadió, cuaderno en mano, que el PVEM con el 0.12 en la votación tiene una diputación y si no tuviera derecho a lista de representación, el segmento verde de la sociedad, que dicen representar, no estaría ahí.
Ya cuando la molestia de la profesora María de las Nieves era tan evidente que a manotazos exigía al director Samuel Gurrión que le quitara el micrófono, Chucho Romero terció: bueno, la propuesta es del PRI y hay que discutirla.
La niña verde Naye Hernández pidió entonces permiso para intervenir. “Chucho se viene a rasgar las vestiduras y justificar su permanencia en este plantel, pero finalmente la iniciativa obedece a una demanda de la sociedad; estos espacios han sido cuotas de poder de los grupos que están en el poder, de cada partido político, porque no escapa ninguno”. ¡Esto no se vale, señor director!
-Señor director, señor director, aquí el maestro Fernando.
-Disculpe, pero ya está todo acordado con los jefes de grupo y aquí mando yo. Cedo la palabra a Chucho Romero y es el último que puede participar, por alusiones personales.
Regresó entonces Chucho Romero al salón, con su mochila en la espalda. “Creo que la compañera no entendió, a pesar de la explicación con las manzanitas; por eso, cuando termine la clase, le voy a dar mi cuadrito, a ver si entiende”.
El "bien portado"
Con su chamarra de filibustero, rechazó que se rasgue las vestiduras: porque yo sí me porto bien, ya presenté mi declaración tres de tres…
-¡Yo también, yo también!- gritó Naye.
-Ah, ¿sí? Pues hay que ver, pero tu declaración patrimonial es con carácter confidencial, no es abierta- sostuvo ante el berrinche de su compañera, que se refundió en su sillón forrado de piel color crema.
-¡Yo director, yo director!- insistía el profe Fer.
-Bueno, está bien. Pase.
-Sólo para decir que lo importante no es si los diputados plurinominales desaparecen o no; lo importante es si 42 profesores somos suficientes para 3 millones de oaxaqueños, si en verdad los representamos, si en verdad podemos cumplir con nuestras obligaciones con la ciudadanía. Eso es lo importante y eso tendríamos que discutir aquí. Gracias director.
Al concluir la clase, la maestra María de la Nieves recomendaba a los escolapios de su grupo que no se dejaran ningunaer por el niño Chucho. “No, presenten su tres de tres en esta semana; ya Chucho la presentó y va a andar presumiendo su estrellita en la frente; todos tenemos que presentarla, ¿ok?”
