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En Oaxaca, patrimonio histórico herido

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Del acueducto San Felipe del Agua, declarado patrimonio Material, Cultural e Histórico de Oaxaca por el congreso del Estado el 26 de agosto de 2016, apenas queda el nombre y el recuerdo. Parte de sus 5 mil 800 metros lineales levantados en el periodo colonial fueron destruidos por la voraz urbanización.


“Oaxaca es una ciudad que, a pesar de sus 500 años de historia, hoy no puede mostrarse plena en su belleza arquitectónoca, religiosa y en su historia. Está herida en su susceptibilidad y en lo más hondo de su corazón. Si bien la ciudad es una parte física del mundo que vivimos, los seres humanos sentimos por ella”, afirma el cronista de la ciudad, Jorge Bueno Sánchez.


Una de las obras arquitectónica más afectada en su estructura es el acueducto que nace en San Felipe del Agua, entonces conocido como San Felipe de la Tarjea.


La historia relatada por el cronista de la ciudad indica que el acueducto inició su construcción en 1720 y concluyó en 1743 con una caja repartidora en el Templo del Carmen Alto, así como una fuente de jaspe inaugurada en el centro del Jardín de la Constitución.



Lo que queda del acueducto de San Felipe del Agua. FOTO: Román Carlos


La obra levantada para satisfacer la necesidad de agua de la población es considerada una de las más bellas del mundo.


Destrucción del patrimonio


Y aunque en 2016 el Congreso del Estado de Oaxaca lo declaró Patrimonio Material, Cultural e Histórico, “con el fin de que su preservación incuba a todos los oaxaqueños y sobre todo que la autoridad reconozca la obra arquitectónica realizando las acciones necesarias para su conservación y cuidado”, algunos de sus tramos han sido destruidos por la cimentación de casas.


Jorge Bueno denunció que son 16 casas las que rompieron la estructura del acueducto para poder realizar sus accesos.


Su destrucción es romper con parte de la historia, pues no son sólo piedras, se trata de piedras labradas que en ese entonces fueron llevadas desde Ixcotel hasta San Felipe.


“Hay propiedades que se adosaron al acueducto, que no se debía porque era una vía libre con un ancho restringido para cualquier obra. Pero ahora, si la construcción impide el acceso a una casa recientemente construida, le quitan las piedras”, lamentó.


El recorrido


La obra de ingeniería hidráulica también fue destruida por la propia autoridad en la construcción del entronque con México 68 para hacer viable la circulación y dar acceso hacia la agencia Guadalupe Victoria.


Antaño, el recorrido del agua hacia la ciudad a través del acueducto iniciaba en la plazuela situada frente a la iglesia de la Agencia Municipal de San Felipe. El trayecto continuaba a un costado de la otrora hacienda de Aguilera, hoy la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).


Seguía hacia el río Jalatlaco y atravesaba el pueblo de Xochimilco hasta terminar en la caja de distribución colocada en la esquina suroeste del templo de la Santa Veracruz, actualmente templo del Carmen Alto.



El tramo mejor conservado del acueducto es el que corresponde a la arquería que pasa por la pequeña barranca de Jalatlaco, y que se le conoce como “La cascada”.

El tramo mejor conservado, es el que corresponde a la arquería que pasa por la pequeña barranca de Jalatlaco, y que se le conoce como “La cascada”.


De igual manera se conserva la primera fuente pública, hoy situada en las oficinas del Instituto Oaxaqueño de las Artesanías (IOA), sobre García Vigil.


Templos afectados


Esta obra emblemática de la otrora verde anquera no es la única herida. Templos religiosos como San Felipe Neri o San Agustín, el Palacio de Gobierno o el Edificio Central de la Facultad de Derecho, subsisten entre el abandono y la destrucción.


Los atrios de los templos religiosos han sido tomados como letrinas públicas. Las esquinas se encuentran marcadas por el olor a orín y excremento que dejan indigentes, pero también quienes no viven en la indigencia.


En la actualidad los pasillos del Palacio de Gobierno, sede del Poder Ejecutivo están utilizados como campamentos de personas desplazadas de San Juan Copala. Bajo este pretexto grupos y organizaciones de comerciantes colocaron puestos en donde venden todo tipo de artículos artesanales.



Las pintas y destrucción de la cantera verde empañan belleza de los inmuebles coloniales. FOTO: Román Carlos

Su fachada estilo neoclásico desapareció bajo manteados y tendederos en donde penden lonas de protestas. El palacio de gobierno fue construido en 1832, inaugurado en 1884 y remodelado en el siglo XX.


Los mecates aferrados de los pilares y balcones se descuelgan hacia los faroles y el kiosco instalados en la bella plaza de la Constitución o zócalo capitalino, el lugar en su conjunto forma parte de los edificios y monumentos que conforman la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

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