El trabajo doméstico remunerado esconde detrás de sí una forma de esclavitud moderna en donde las personas hablantes de lengua indígena y en estado de analfabetismo son las principales víctimas.
Debido al alto índice de rezago y pobreza que vive Oaxaca, las personas originarias del estado son parte de la población más vulnerable a esta problemática, señaló Laura Aquino Gaspar, integrante de la directiva del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (Sinactraho), en el marco del Día Internacional del Trabajo Doméstico que se conmemora este 22 de julio.
“Las trabajadoras del hogar que apenas saben leer y escribir aceptan un salario bajo y cualquier condición que les puedan ofrecer (los empleadores) para salir de su comunidad o región en donde viven. Muchas veces se van con la sola promesa de que les van a dar alimentación, un lugar en donde vivir y que las mandarán a estudiar, pero no sucede así. No hay nada que les garantice que les van a cumplir”, señaló en entrevista vía telefónica desde la Ciudad de México (CDMX).
El abuso que se da hacia estas personas -dijo- ocurre porque no existe un marco legal que reconozca los derechos de los y las trabajadores del hogar.
En este sentido -señaló- el Día Internacional del Trabajo Doméstico, permite visibilizar las problemáticas que enfrentar y sensibilizar a los empleadores.
En la actualidad, las personas trabajadoras del hogar no son sujetas de derecho porque carecen de medidas que les permita contar con un contrato.
“Nos niegan derechos porque trabajamos para una familia en un espacio privado entonces el gobierno dice que no se puede meter a aplicar la ley en un hogar, sin embargo al existir una relación laboral se establecen derechos y obligaciones”, expuso.
Aquino Gaspar señaló que aún cuando existe un apartado dentro de la Ley Federal del Trabajo en donde las reconoce, no se especifica los derechos que deben tener.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía e Informática, en los últimos tres años el número de trabajadoras del hogar ha incrementado 7.5 por ciento, ya que pasó de 2 millones 4 mil 326, en el primer trimestre de 2014, a 2 millones 155 mil 885, en el tercer trimestre de 2016.
En el 2017 la cifra alcanzó los 2 millones 480 mil personas de las cuales 99 de cada 100 laboran sin contrato escrito y la mayoría recibe como ingreso por su trabajo hasta dos salarios mínimos o menos.
