La violencia política contra las mujeres en el Congreso sirve para la pantomima, el discurso y el engaño. Por segunda vez consecutiva los legisladores oaxaqueños se rasgaron las vestiduras ante las féminas que sufren agresiones por su participación en las actividades políticas de sus comunidades, pero como la vez anterior, todo fue vodevil.
El pretexto para la representación fue la iniciativa presentada por diversas organizaciones feministas para reformar diversos artículos de la Ley Orgánica Municipal del Estado de Oaxaca, cuyo contenido de fondo fue presentada la semana pasada en otra iniciativa de reforma por la diputada panista María de Jesús Mendoza Sánchez y que el presidente de la mesa directiva, César Morales Niño, se negó a tratar como de urgente y obvia resolución porque así lo había acordado la Junta de Coordinación Política, la famosa Jucopo.
Para empezar, a pesar de que la iniciativa la presentó un conjunto de asociaciones civiles, seis legisladores de apuntaron para discursear en torno a la misma: Rocío Machuca Rojas, Elisa Zepeda Lagunas, Noé Doroteo Zapata, Othón Cuevas Córdova, César Morales Niño y Pavel Meléndez Cruz.
Todos lamentaron la violencia política que se vive en la entidad después del proceso electoral 2018.
Con diversas palabras, pero con el mismo sentido, aseguraron que el avance de los derechos políticos de las mujeres en producto de la lucha de las féminas, aunque actualmente en el estado existen lugares donde no se hacen efectivos, como sucede en Santiago Tamazola, San Miguel Ahuehuetitlán y San Juan Bautista Tlacoatzintepec.
Detener lo hechos de discriminación
Todos se pronunciaron por castigar estos actos y coincidieron en la necesidad de detener estos hechos de discriminación por razones de género.
Con beneplácito reconocieron la presentación de la iniciativa por parte de diversas organizaciones feministas, pero olvidaron que su compañera del Partido Acción Nacional (PAN) había presentado una iniciativa al respecto, con el mismo propósito, hace exactamente siete días antes. “Para que vean que el Congreso no solo trabaja para la sociedad, sino desde la sociedad y con la sociedad”. (Aplausos, aplausos)
El diputado petista Doroteo Zapata fue más efusivo. “¡Nunca más una mujer debe sufrir violencia, amenaza, en su integridad, en su persona, por el hecho de denunciar la violencia política que está sufriendo!”.
“Sin embargo hay que decir que los partidos políticos también violan la ley, hay que decirlo; algunos toleraron el fraude a la ley; quiero decir que mi partido, el PT, fue el primero que no tuvo ninguna observación al cumplir con la paridad de género; lo digo porque creo que es importante que todos nos comprometamos a asumir este compromiso”.
Y sí, cumplió con la paridad de género, pero no fue ajeno a la violencia política en contra de las mujeres. El caso está registrado en los medios de comunicación, con la denuncia de Saymi Adriana Pineda Velasco quien el 28 de mayo del año pasado acusó al comisionado estatal del PT en la entidad, Benjamín Robles Montoya, de violar sus derechos políticos electorales, al bajar su candidatura y destituirla de manera arbitraria como aspirante a la presidencia municipal de San Pedro Pochutla. Esto para favorecer al entonces presidente municipal Víctor Cruz, que pretendía la reelección.
Sí, a veces las sesiones del Congreso resultan un show.
