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Con el liberalismo, sindicalismo en retroceso

Foto(s): Cortesía
Luis Ignacio Velásquez

El sindicalismo mexicano tuvo su último gran auge en la década de los 70, poco tiempo después del Movimiento Estudiantil del 68, y es ahí cuando se conforman los sindicatos universitarios, afirmó el consejero de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Octavio Solís Jiménez.


En la conferencia sobre el Movimiento del 68 y el sindicalismo universitario, que impartió a los integrantes del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (STEUABJO), sostuvo en sindicato universitario tuvo dos momentos: uno, cuando surgió y actúo a la ofensiva; y, el otro, en la década de los 80, cuando se comportó de forma gremial, únicamente en defensa de conquistas inmediatas.


En el auditorio de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UABJO de Ciudad Universitaria, manifestó que en la primera etapa “los sindicatos sorprendieron al régimen autoritario, impulsaron huelgas, iban a la vanguardia, lograron conquista, había mística”.


Se perdió la mística


“Sin embargo en la década de los 80 viene el contraataque del estado, a través de la implementación del modelo neoliberal y entonces el sindicalismo entró ya no en una fase ofensiva sino defensiva; el gran problema es que no hemos podido salir de esta estrategia defensiva, estamos agazapados, estamos solo resistiendo, estamos solo viendo cómo nos quitan derechos y conquistas”.


Añadió que los sindicalistas universitarios han aprendido únicamente a sobrevivir, “pero no a hacer contraataque como en la década de los 70”.


Sostuvo que una de las razones por las que los sindicatos universitarios pasaron de la ofensiva a la defensiva es que abandonaron la lucha política. “Nos volvimos gremialistas, la diferencia entre las huelgas de los 70 y los 80 es que había lucha política, pero a partir de los 90 las huelgas son gremialistas, es decir los trabajadores se movilizan solo para alcanzar conquistas inmediatas, del gremio, como prestaciones y salarios”.


El también integrante del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), pidió a los sindicalistas universitarios de Oaxaca ver más allá de sus intereses inmediatos, “porque la lucha política significa no solo pensar en los intereses, que hay que buscarlos siempre, pero hay que ver más allá de esto; la lucha gremialista es el principio de una movilización sindical, pero no debemos agotar nuestra lucha con esto, debemos buscar cambiar el régimen, el modelo económico, disputarle al estado el rumbo del país, esa es la lucha política”.


La huelga del 77


Comentó que en la huelga del STUNAM de 1977 estalló por la fusión de los sindicatos académicos y administrativos de la UNAM, pero el presidente José López Portillo se opuso a la toma de nota, de tal manera que se soltó la represión por lo que detienen y despiden a cientos de trabajadores, hubo más de 10 mil despedidos.


Añadió que la UNAM convocó a contratarse en la universidad, sin embargo el líder sindical, Evaristo Pérez Arreola, convocó a una concentraciòn en las instalaciones de Zacatenco, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y 32 sindicatos, de 20 universidades, apoyan a los universitarios de la UNAM y emplazan a huelga, además de marchar al Zócalo de la capital del país, de tal manera que el presidente de la República tuvo que negociar; finalmente no se conformó el gran sindicato, pero en 1979 se elevó a rango constitucional la autonomía universitaria.


Dijo que en ese reconocimiento se establece que los trabajadores universitarios tienen derecho a organizarse en sindicatos, “es decir nos dieron el derecho constitucional a la sindicalización; esa fue una negociación política, porque todavía el rector de la UNAM, Guillermo Soberón, pretendía que se creara un apartado C al artículo 123, en la Constitución federal, para la formación de los sindicatos universitarios.

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