Sin agua, luz, pavimentación, drenaje y reconocimiento, así viven los habitantes de la colonia Alianza Familiar Popular.
Ramiro Flores adquirió hace diez años un terreno en la parte alta de la ciudad de Oaxaca, donde atraviesa la Avenida José Murat; recuerda que en aquel entonces adquirió un pedazo de tierra de 9 por 19 metros cuadrados, en 70 mil pesos.
En su terreno edificó su casa entre material y lámina, en la que actualmente viven su esposa y su hija. Pero carecen de todo; quincenalmente tienen que adquirir el agua por medio de pipas, a un costo de 350 pesos.
Su baño es de letrina y la cal es su aliada para evitar enfermedades estomacales; sobre la calle no existe el alumbrado público y para tener luz es necesario conectarse de manera “ilegal” a una mufa.
Asegura que se han estado haciendo las gestiones para que la colonia sea reconocida por el ayuntamiento capitalino y así poder ser acreedores a los servicios, pero de esto no hay avances.
Colonia “nueva”
La colonia se fundó hace más de 30 años, está compuesta por 180 lotes, pero no todos viven en la zona; la mayoría de los vecinos tiene casas de lámina, pocos son quienes han edificado sus viviendas de dos pisos en concreto y la mayoría carece de títulos de propiedad.
La colonia alberga 180 lotes; la mayoría no está habitada. FOTO: Giovanna Martínez
Está ubicada en la parte alta de la cabecera municipal, a un costado de la colonia Centenario; para acceder a ella, es necesario pasar del concreto de la Avenida a la terracería; los vecinos, con esfuerzo económico, abrieron las calles, lo que dio pie a que el propietario -del que se desconoce nombre- incrementara el precio de los lotes, pasando de 70 a los 200 mil pesos.
Debido a que no cuentan con títulos de propiedad, no pueden regularizarse en el padrón predial, lo que les impide acceder a los servicios municipales.
“Cuando compramos teníamos la duda de si estas tierras eran propiedades o ejidales, fuimos al municipio y la venta se hizo legal; yo tengo mis pagarés donde pagué por mi propiedad; ahora quiero que me den mi acta de posesión”.
Carecen de identificación
Ramiro asegura que debido a que la colonia no es reconocida por la autoridad, no ha podido gestionar su credencial de elector, pues al momento de ubicar su colonia, no aparece en el mapa del Instituto Nacional Electoral (INE).
De 70 mil pesos el precio de un lote de 9 por 19 metros cuadrados FOTO: Giovanna Martínez
A pesar de tener diez años viviendo en su domicilio actual, conserva la credencial de su domicilio anterior en San Luis Beltrán, lo que ha complicado las gestiones que ha hecho su familia para acceder a programas sociales.
Su hija, quien hace meses cumplió la mayoría de edad, tuvo que pedir el favor con un vecino de otra colonia para adquirir su credencial de elector; “cualquier correo, paquetería o que la buscan a mi hija, mi vecino me avisa y ya vamos para allá”.
Asentamientos irregulares
El ayuntamiento de Oaxaca ha reconocido que existen al menos 20 zonas irregulares en la ciudad donde los compradores han sido víctimas de personas que venden terrenos a precios accesibles, o en su caso llegan de “paracaidistas”.
Apenas el 15 de enero, el municipio capitalino anunció un programa para garantizar seguridad patrimonial de las familias en la ciudad.
Solicitan al municipio regularizar la colonia para acceder a servicios FOTO: Giovanna Martínez
Se firmó un acuerdo institucional entre el ayuntamiento y la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la tierra Urbana del Estado de Oaxaca (Coreturo), donde esta última atenderá planteamientos de regularización de tenencia de la tierra urbana en asentamientos irregulares, ubicados en la jurisdicción del municipio de Oaxaca de Juárez.
Especialistas definen como un asentamiento irregular, el lugar donde se establece una comunidad fuera de las normas establecidas por las autoridades encargadas del ordenamiento urbano.
Estos asentamientos humanos son golpeados por fenómenos naturales, pues están ubicados en la parte alta de los montes que rodea la ciudad; estos lugares en su mayoría están compuestos por tierra y piedra que muchas veces se derrumba.
Son al menos 250 mil habitantes que se ven en riesgo todos los años en la temporada de huracanes y ciclones.
“Necesitamos que las autoridades sean sensibles y que se reconozca la colonia para que podamos acceder a los servicios básicos; estamos amolados y deberían voltear la mirada a quienes lo necesitamos”, lamenta Ramiro.
