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Cinco cosas típicas de Oaxaca que ocultan un secreto

Foto(s): Cortesía
Israel García Reyes

Oaxaca es un estado del sur de México famoso por su música, gastronomía, culturas ancestrales, lugares turísticos y artesanías. Es uno de los destinos preferidos de visitantes nacionales y extranjeros. Sin embargo, aún tiene cosas por develar, así que aquí te enlistamos cinco cosas típicas de la entidad que ocultan uno o más secretos.


1.- Marquesote o mamón
Según el Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana el marquesote o mamón es un "pan de dulce de color amarillo, de masa sumamente porosa y crujiente. Suele venderse rebanado".
El origen de su nombre es un misterio. La tradición dice que en la entidad llamaron marquesote a este pan en honor a Hernán Cortés, quien fuera el marqués del Valle de Oaxaca, esto al remontarnos a la época de la Conquista.
A su vez, en otras zonas también lo conocen como mamón debido a que por su consistencia interior, de almíbar de piloncillo o azúcar, el pan se mama o chupa.
En la región del Istmo de Tehuantepec se sirve con chocolate o atole. También suelen decorarlo con turrón.
Por cierto, en Chiapas también lo elaboran y lo hacen con claras de huevo, harina y yemas. A su vez, en Ciudad de México se ofrece con azúcar en la superficie. En Chilapa, Guerrero, lo emplean para preparar sopa de vino y  marquesotes en torrejas. En Veracruz se consume con leche, café u otras bebidas.



La tradición dice que en la entidad llamaron marquesote a este pan en honor a Hernán Cortés.


 


2.- Los alebrijes
Los alebrijes son probablemente de las artesanías oaxaqueñas más conocidas y reconocidas en el mundo. Sus colores y figuras de animales fantásticos causan fascinación, aunque tienen un origen peculiar y sorprendente.
La creación de los alebrijes se debe al artesano de Ciudad de México, Pedro Linares, experto en cartonería.
Según varias fuentes, siendo joven contrajo una enfermedad que lo mantuvo en cama y delirante. Producto de esta condición Linares soñó encontrarse paseando en un bosque y rodeado de criaturas sobrenaturales mezclándose entre dos o tres especies, las cuales le gritaban: alebrijes.


Una vez repuesto, Linares usó sus habilidades para replicar las criaturas fantásticas de su sueño en papel maché, las que resultaron muy atractivas para el público.
En otras regiones del país se replicaron estas figuras, como en Oaxaca donde los artesanos sustituyeron el papel maché con madera de copal. Actualmente en el estado tres comunidades se especializan en la creación de estas figuras de madera talladas: San Antonino Arrazola, San Martín Tilcajete y La Unión Tejalapam.


comunidades se especializan en la creación de alebrijes en Oaxaca: San Antonino Arrazola, San Martín Tilcajete y La Unión Tejalapam.




La creación de los alebrijes se debe al artesano de Ciudad de México, Pedro Linares, experto en cartonería.


 


3.- Pan de cazuela
El origen del pan de cazuela de Tlacolula de Matamoros es también un misterio que se pierde en la oscuridad del tiempo. Algunas versiones refieren que fue llevado a esta población de los Valles Centrales por un holandés que visitó la zona y le mostró a los panaderos cómo prepararlo. Otros más dicen que lo creó un panadero de esta localidad, quien introdujo la masa en una “cazuela” y la coció en horno de leña.
Este producto culinario debe su forma al recipiente que funcionaba como molde: una cazuela, aunque debido a que se quebraba posteriormente se usaron botes de lata, lo que junto con sus ingredientes y técnicas le dan un sabor exquisito y único debido a la mezcla de notas delicadas de vainilla, canela, anís, pasas y chocolate oaxaqueño derretido en su interior.



El origen del pan de cazuela de Tlacolula de Matamoros es también un misterio.



4.- Agua de horchata
Quien haya visitado el mercado Benito Juárez, en la capital de la entidad, seguramente probó las aguas típicas que se comercializan ahí, entre éstas la tradicional agua de horchata. Sin embargo, esta bebida no es originaria de Oaxaca, ni siquiera es de América. 
El término horchata proviene del valenciano, orxata de xufa, del italiano orzata y éste a sus vez del latín “hordeata”, “de cebada. Se trata de una bebida refrescante preparada originalmente con agua, azúcar y chufas (juncia avellanada), que son pequeños tubérculos. 
Los españoles la trajeron desde Valencia hasta América, pero ellos la conocieron por los árabes que la llevaron a su territorio. Sin embargo, las chufas ya eran usadas en el antiguo Egipto, habiéndose hallado vasos con esta planta en las tumbas de los faraones.
El agua de horchata está íntimamente relacionada con la cultura y tradiciones de México, pero su elaboración ha cambiado, pues al no existir chufas se sustituyeron por arroz. Además, su elaboración varía en otros países.



Los españoles trajeron el agua de horchata desde Valencia hasta América. 



5.- Laguna encantada de Santiago Apoala
La localidad de Santiago Apoala, ubicada en la región de la Mixteca, es conocida por su cascada y río de aguas diáfanas, por sus pinturas rupestres, el cañón denominado "Peña cerrada", la Peña de las Guacamayas y su templo católico, entre otros atractivos.
Se trata de una población que, de acuerdo con el códice Nutall (probablemente elaborado en el siglo XIV), fue el asentamiento original de la cultura mixteca.
En el extremo del actual asentamiento se erigen series de montañas rocosas y dos cuevas. Una de ellas es llamada “Cueva de la culebra" que, a su vez, se compone de otras dos grandes cavernas de aproximadamente 40 metros de altura. Una de éstas oculta un gran lago subterráneo: la "Laguna Encantada" que se cree es alimentada por el manantial de Tamazulapan.
El interior de la cueva es de difícil acceso por lo que se recomienda acudir con guías expertos y el equipo necesario consistente en cuerdas, arneses y lámparas, para adentrarse en el sitio. Los lugareños no suelen acercarse ahí porque dicen que dicha laguna está encantada, pero algunos intrépidos que lo han hecho relatan que en sus aguas hay peces ciegos y que el fondo lleva corriente abajo hacia otros pasadizos y rápidos. 
Como puedes ver, el estado de Oaxaca posee una riqueza cultural diversa, infinidad de datos curiosos y lugares misteriosos que esperan por ser develados.



Santiago Apoala es una población que, de acuerdo con el códice Nutall (del siglo XIV), fue el asentamiento original de la cultura mixteca.



 



 

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