Los pasos a desnivel de los puentes vehiculares que se ubican frente al Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), el Mercado de Abastos, Bicentenario, y la ex fábrica de triplay, Cuarto Centenario, todos sobre las riberas del río Atoyac, están en pésimas condiciones y a pesar de ello son utilizados por cientos de automovilistas, ante la necesidad de desplazarse de norte a sur de la capital de estado y viceversa.
En un recorrido realizado por NOTICIAS, Voz e Imagen de Oaxaca, se constató que a pesar de que la Secretaría de las Infraestructuras y el Ordenamiento Territorial Sustentable (Sinfra) lleva a cabo trabajos de rehabilitación en las partes bajas de los puentes del ITO y Cuarto Bicentenario; las obras están abandonadas.
En el caso del puente Cuarto Centenario, la parte baja se encuentra llena de baches, tierra suelta y hierba, con la cinta asfáltica totalmente destrozada.
El puente del ITO
En el puente que se ubica frente al Tec de Oaxaca se cubrió un tramo de la carretera, aproximadamente de 50 metros, con asfalto hidráulico; sin embargo falta por construir el canal de desagüe de la aguas negras de la colonias y fraccionamientos del lado derecho de la ribera del río Atoyac.
El armado de varilla ya está colocado, pero no se ha colocado el concreto y el agua pestilente desciende al afluente por un canal.
Además, no se ha colocado concreto al pequeño carril entre el río y la carretera que sirve como andador peatonal.
En cambio ya se sembraron órganos y maleza en los terraplenes, se pintó la mitad del puente de color negro, se colocaron fotoceldas para las luminarias, que todavía no están conectadas, y colocaron lámparas.
El señor Roberto Martínez, que vive por la zona, comenta que los trabajos de rehabilitación son muy lentos, “por eso algunos automovilistas removieron la tierra y decidieron abrir la carretera, lo que es peligroso por el canal abierto bajo el puente”.
“Además a las personas que venimos a hacer ejercicio sobre la ribera del río Atoyac nos afecta mucho, porque prácticamente está cortado el paso, pues no han encementado el andador para los transeúntes”.
Costales de basura están a mitad de la cinta asfáltica, junto con montones de tierra y materiales de construcción.
Puente Bicentenario
Bajo el puente Bicentenario, frente al Mercado de Abastos, la situación no es tan distinta, aunque por el lugar ya transitan cientos de automovilistas particulares y del servicio público.
El tramo revestido de concreto hidráulico ya está en funcionamiento, aunque cada vez que pasa una unidad de motor una nube de polvo invade el lugar. Hoy los menesterosos de la zona ya no rellenan los baches con tierra, sino riegan agua al paso de los vehículos para ganarse unas monedas.
Dos mantas sucias y desgarradas penden de la parte superior del puente en funcionamiento con el siguiente letrero: Sinfra reconstrucción en el Puente Bicentenario. Aunque los trabajos solo se han realizado en una parte del paso a desnivel, porque la otra mitad es todavía un camino de montículos de tierra.
El automovilista Héctor Hernández subraya que a pesar de estos trabajos de rehabilitación en cuanto vuelvan las lluvias la zona se volverá a anegar, “porque no hay manera de que el agua pluvial se descargue en el río Atoyac”.
“Aquí faltó un canal o tubería para descargar el agua que se acumula cuando llueve al afluente del río Atoyac, de otra manera en cuanto caiga un buen aguacero se volverá a encharcar el agua e impedir el paso, como hace apenas unas semanas cuando hasta camiones pesados y grandes se quedaron varados en medio de la laguna que se forma en este lugar”.
Aquí como en el puente del ITO ya se sembraron órganos en el terraplén, se pintó la mitad del puente e instalaron la estructura para colocar fotoceldas, pero solo en una mitad de la vía, en la otra el abandono es total.
Puente Cuarto centenario
En el caso del puente Cuarto Centenario, que comunica la capital con la agencia municipal de San Juan Chapultepec y el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, ahí no hay obra, solo basura, hierba, tierra, baches y polvo, mucho polvo.
La vía o lo que fue alguna vez una carretera ya no existe, ahora los automovilistas deben sortear hoyos y socavones que hacen difícil el tráfico vehicular en la zona. Lo peor es que al igual que en los otros dos puentes, una tormenta inundará sin duda el lugar.
