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Bordadoras zapotecas defienden su artesanía

Foto(s): Cortesía
Octavio Vélez Ascencio

SAN ANTONINO CASTILLO VELASCO, Oaxaca.- Las mujeres de esta comunidad zapoteca de los Valles Centrales han empezado los trámites legales para registrar una marca colectiva de sus bordados tradicionales, a fin de evitar nuevos plagios de diseñadores y empresas extranjeras.


“No es justo lo que están haciendo porque es una herencia de las abuelas, pero sobre todo, propiedad del pueblo”, afirmó doña Carmela Cornelio Sánchez, una de las artesanas más reconocidas de la comunidad.


El plagio


En agosto pasado, se supo apenas que la compañía argentina Rapsodia había plagiado una de las blusas originales de San Antonino Castillo Velasco e incluso la promocionaba en su colección Invierno 2016, con el nombre Marion Missy.


El descubrimiento provocó que un grupo de diseñadores, artesanos y promotores culturales firmaran una petición en la plataforma Change.org para pedir a la compañía argentina dejar de copiar los diseños de las mujeres zapotecas de la comunidad.


De acuerdo con Claudia Muñoz, una de las promotoras de la petición, “las malas prácticas de Rapsodia afectan directamente a los artesanos textiles de nuestro país, al hacerles una competencia sumamente desleal y abusiva en mercados nacionales e internacionales”.


Marca colectiva


La artesana dijo que casi todas las mujeres dedicadas a esta actividad se han organizado ya y han empezado los trámites legales para el registro de una marca colectiva porque no se puede dejar perder la tradición, la cultura y la historia de la comunidad.


“Nuestro trabajo caracteriza al pueblo, es por eso como nos conocen; es un trabajo laborioso hecho a mano; entonces no es justo que nos lo quieran quitar”, asentó.


Y subrayó que si bien la comercialización de sus productos no ha caído con el surgimiento de la Ruta Mágica de las Artesanías, el plagio puede provocar en un futuro grandes pérdidas.


“Por el momento, no nos está afectando; gracias a Dios no han bajado las ventas, pero quién sabe qué pueda pasar en el futuro”, asentó.


"Falta de respeto"


Otra de las artesanas más conocidas, doña Martha Sernas Luis, presidenta del grupo San Antonino Obispo, destacó que el plagio constituye sin duda una falta de respeto a la tradición, cultura e historia de un pueblo indígena.


“Deberían de tener un poco más de respeto a nuestra sabiduría y darle el valor a nuestro trabajo que es hecho a mano”, señaló.


Aunque consideró que la comunidad fue la culpable del plagio en cierta forma, porque las artesanas han permitido a los visitantes tomar fotografías de las prendas.


“Según llegan a apoyarnos y después venden lo que compran o las fotos para hacerse de una riqueza”, indicó.


Organizan talleres


Confió que el registro de una marca colectiva sería una solución para limitar el plagio y evitar la pérdida de la tradición, cultura e historia de su comunidad.


Una de las artesanas de la nueva generación, Alejandra Santiago, explicó que la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico ha organizado una serie de talleres para planear el registro de una marca colectiva con todos los modelos elaborados en la comunidad, desde el vestido tradicional hasta la moda casual, a fin de evitar el plagio.


De lo que se trata es que sea una sola marca, que no haya marcas individuales o particulares. En eso se está trabajando, pero no hay fecha aún para el registro



“Fue una torpeza nuestra; cuando vienen los turistas toman fotos de las prendas y hasta les mostramos las costuras. No hace mucho, llegaron (unos visitantes) de Japón con su cámara y pum, pum, pum, que toman fotos, que eran para una revista nos dijeron, que para que tuviéramos más mercado, pero como somos indígenas medio ignorantes, nunca pensamos que era para otra cosa”.


Angelina López Amador


80 años de edad una de las artesanas más antiguas de la comunidad


“Nosotros tenemos la culpa porque no hemos sido egoístas; vienen los visitantes, ven las prendas colgadas, toman fotografías, pero nunca pensamos qué van a hacer o para qué las van a utilizar. Así nos han robado el diseño; ahora son los argentinos, pero antes fueron los japoneses, están en todos lados. Lo que nosotras hacemos en cinco o seis meses, ellos lo hacen en horas porque ya tienen máquinas. Por eso, queremos ayuda del gobierno para que podamos tener un registro y no nos sigan plagiando”.


Esperanza Bernarda Santiago Arriaga artesana


Piden reconocimiento


En la carta firmada remitida a la plataforma Change.org, el grupo de diseñadores, artesanos y promotores culturales requiere a la directora de Rapsodia, Pilar Rodríguez Varela, dejar las prácticas de apropiación o plagio iconográfico y de diseños tradicionales de comunidades indígenas que ha caracterizado a la marca; reconocer y remunerar a la comunidad de San Antonino Castillo Velasco, a la que plagiaron su blusa tradicional en su colección de invierno 2016 con el nombre de Marion Missy, y que a partir de ahora produzcan esta pieza de indumentaria tradicional en dicha comunidad, pagando el precio justo por el trabajo de bordado de las mujeres zapotecas, dueñas del bordado tradicional.

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