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Albañiles siembran su cruz en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
DSM

Se acabaron los grandes festejos, la crisis también llegó a la industria de la construcción y este Día de la Santa Cruz las grandes comidas se reducirán a colocar el tradicional adorno decorado con papel maché o flores y a compartir “el pan y la sal” con modestia; todo para no perder la costumbre y pedir el favor de Dios para que los cimientos de la construcción en ciernes resulten fuertes.


Maestros de la pala y el cemento


Bernardo Enrique Santiago, con ocho años de experiencia en el oficio de la albañilería es originario de San Agustín Loxicha, Pochutla, en la región de la Costa llegó a la Verde Antequera hace más de 12 años. Es el ejemplo del campesino que arriba a la ciudad en busca de oportunidades y encuentran en la construcción la forma de empleo.


El hombre alto, de complexión robusta, de tez morena y ojos vivarachos, asegura que desde que inició en la albañilería nunca le ha faltado trabajo.


Sus ingresos alcanzan los 8 mil pesos mensuales, es deci, dos mil pesos a la semana, dinero que alcanza para vivir decorosamente y proporcinar alimento y vestido a su esposa y a sus tres hijos: uno de siete años, otro de 10 y la más grande de 12 años de edad. También cuenta con casa propia, la cual construyó hace cuatro años.


Ser albañil


3.1% de los albañiles del país laboran en Oaxaca


37 años es la edad promedios


8 de cada 100 tiene entre 14 y 19 años de edad


90% carece de servicios de salud


1 de secundaria, escolaridad promedio


Fuente: Inegi


 


Bernardo relata que inició de “chalán”, pasando por los diferentes niveles dentro del oficio, “media cuchara” y ahora es maestro albañil, el último peldaño sería convertirse en maestro de obra y luego contratista.


Pese al o que considera buen sueldo, reconoce que la falta de estudios lo obligó a integrarse al oficio, “aquí no piden documentos para trabajar”; también la pobreza y marginación de su comunidad fue otro detonante para que se exiliara de su pueblo y buscará una oportunidad en la capital del estado.


Albañiles fuereños




Trabajo esencial para brindar confort y calidad de vida a los habitantes de viviendas. FOTO: Deimons Sánchez

Otro avecindado en Oaxaca, pero de origen jaliciense, que también se dedica a la albañilería es Rigoberto Vera Cervantes, quien desde hace más de 15 años forma parte del universo de los dos millones 419 mil personas, de la población de albañiles en México.


Datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) del 2016, arrojan que los estados con mayor población dedicada a la albañilería son: Oaxaca, el Estado de México, Veracruz, Jalisco, Guanajuato, Puebla, Coahuila, Nuevo León, Michoacán, Chihuahua y la Ciudad de México.


Un empleo peligroso


No es sencillo cargar botes con más de 20 kilos de mezcla, mientras guarda el equilibrio al subir diminutos peldaños de madera, en construcciones de hasta cinco pisos, los albañiles ponen su vida en riesgo. A pesar de percibir sueldos decorosos, carecen de acceso a seguridad social.


El 86 por ciento de los mexicanos dedicados a la construcción carece de prestaciones sociales, y 89.3% están fuera de alguna institución de salud.




Bernardo Enrique Santiago maestro albañil, 8 años en este oficio. FOTO: Deimos Sánchez

“Rigo” como lo conocen sus colegas, asegura que ama su trabajo de chalán; el sueldo semanal es de 1 mil 500 pesos, es decir; 6 mil al mes, en un horario de 8:00 a 18:00 horas de lunes a viernes; los sábados sólo labora hasta las 14:00 horas, explicó.


Datos del INEGI, revelan que la jornada promedio de estos trabajadores es de 45 horas a la semana; un 38.8 por ciento trabaja más de 48 horas semanales, y el 41.6 por ciento lo hace de 35 a 48 horas por semana y la mayoría de manera informal; un 85 por ciento así lo hace, mientras que el 13 por ciento tiene un puesto dentro de una organización o empresa de la construcción.


Industria en crisis


Para la empresa Servicios Profesionales de la Construcción y su director, Lázaro García Saavedra el panorama es desolador, el último informe al que tuvo acceso de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, arrojó que de 400 afiliados al organismo en Oaxaca, solamente sobreviven 100. La merma del 2016 fue del 75%.




El arquitecto Lázaro García Saavedra acompañó a los trabajadores en su día. FOTO: Deimos Sánchez

El también ex presidente del Colegio de Profesionales de Desarrollo Urbano del estado Oaxaca, reconoce que la industria de la construcción estatal atraviesa una de sus peores crisis económicas, ocasionada por el aumento del costo de los materiales, que frenan tanto a grandes consorcios inmobiliarios y sus inversiones, como a los pequeños empresarios en busca de poner un negocio o incluso a las familias para edificar un patrimonio.


El constructor explicó que, incluso, muchas personas están apostando a elaborar sus propios materiales de construcción para ahorrar costos.


“La construcción es una de las principales industrias mexicanas que mueven la economía y contribuyen al Producto Interno Bruto. Su afectación, trae como consecuencia un impacto económico negativo a toda la cadena productiva dividida en 66 ramas de actividad, entre ellas industrias como el acero, el hierro, madera, aluminio, cemento, arena, grava, entre otros.

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