Desde muy temprano, todos los días, cerca de 300 personas esperan una oportunidad laboral en el estacionamiento del Mercado de Abasto.
Algunos, los coladores, llegan desde las 5 de l amañana. Los albañiles, plomeros y electricistas, lo hacen dos horas más tarde.
Los de mayor edad recuerdan que desde hace 35 años la zona de reunión es el Mercado de Abasto. Unos se van por un tiempo, pero siempre regresan.
Antes se ubicaban en el zócalo, Francisco lo recuerda: “el municipio nos mandó para acá, nos puso una galera y unas bancas, nadie se opuso”.
300
pesos gana un colador en una obra
2
mil 500 pesos gana en promedio un albañil a la semana
300
albañiles buscan trabajo en el Mercado de Abasto diariamente
Cuando las fuerzas se van
Francisco tiene 85 años, se desempeñaba como colador desde hace 55; afirma que siempre ha encontrado trabajo. Las fuerzas poco a poco se han ido, ahora sólo ayuda en las obras pasando las herramientas y agua.
“Yo era colador, pero ahora ya me está fallando la lámpara (los ojos) y ya no voy a los colados, sólo voy a las obras para hacer mandados”.
Él no gana como sus compañeros, sus ingresos, cuando encuentra trabajo, son de 100 a 150 pesos diarios. Vive sólo en una bodega del mismo mercado, le pagan 200 pesos a la semana por cuidar esa covacha.
La familia de Francisco está en Chiapas, “tienen crías como conejos”. En su juventud fue militar, por lo que recibe una pequeña pensión con lo que tiene lo suficiente para sobrevivir, pues afirma que perdió sus papeles y no está registrado en ningún programa gubernamental.
“Comiendo sencillo me alcanza. Bueno yo estoy tranquilo, estoy sólo, pero los compañeros que tienen mujer e hijos se la ven negras, a veces pasan semanas sin trabajo.”
Orgulloso de su trabajo
Carlos Alberto Parreira, de 44 años, destaca que cuando no tiene trabajo recurre al Mercado de Abasto desde hace 15 años.
Es Albañil, plomero y electricista, y su ingreso promedio es de 2 mil pesos por semana, además de que su esposa vende tortillas.
Destaca que no se ha parado más de tres días en el Mercado sin encontrar trabajo, “siempre sale algo, tiene que salir algo, pues tenemos familia y tenemos que sacar para el gasto”.
Habla orgulloso de su hijo, pues le falta un año para graduarse como ingeniero civil en el Instituto Tecnológico de Oaxaca, “ya casi tengo un ingeniero en casa, afortunadamente con mi trabajo he podido ayudar en sus estudios”.
Le ha dado para construir su casa
Carlos vive en Lomas de Santa Rosa donde tiene un terrenito y construyó su casa, “empecé a construirla hace 15 años, trabajé de día para la gente y de noche en mi casa. Mi esposa hacía la mezcla, en alguna ocasión me preparó dos bultos de cemento, llegué a las ocho de la noche, dieron las cinco de la mañana y aún no terminaba”.
Competencia entre compañeros
“Aquí nos vamos peleando la chamba, a veces estás arreglando con el patrón y alguien para oreja y le cobra más barato, y pues se van con él, pero eso sale caro, pues el que menos cobra, menos sabe”, afirma Carlos Alberto.
En los últimos años han visto la llegada de muchos albañiles chiapanecos, quienes cobran más barato, sin embargo, asegura que no saben hacer todos los detalles.
Es una opción cuando no hay empleo
José Luis lleva 22 años trabajando como albañil y destaca que muy pocas veces va a pararse al Mercado. Lo hace como último recurso.
Afirma que ellos trabajan sólo para particulares, por lo que hace una crítica al gobierno del estado, ya que “siempre traen trabajadores de fuera para las grandes obras, nunca se fijan en nosotros”.
