"El mejor tasajo es el de aquí", o al menos aseguran todos los carniceros y vendedores del pasillo de las carnes asadas del mercado 20 de Noviembre, una gran bóveda donde el humo escapa de las chimeneas y deja ver los haces de luz solar que se introducen desde el techo al atardecer, los cuales iluminan la cecina enchilada, la tripa, el chorizo y el famoso tasajo que suele ser confundido garrafalmente con el bistec.
Aquí todos los comensales son atendidos, algunos son convertidos en güeros y otros tantos en jefes, "¿qué le sirvo güera", y la curiosidad del cliente permite al carnicerlo ofrecerle un cuarto, medio kilo o hasta una gran orden surtida de carnes asadas, las cuales pueden ser acompañadas por cebollines o chiles de agua que también estuvieron sobre las brasas del anafre.
Hay muchas formas de llegar a comer y de pedir la orden, el cliente puede decidir pasar antes con las marchantas para comprar nopales, cebollas, quesos o cualquier chile; después puede ir a cualquier a cualquier carnicería para pedir la carne y solicitar que les asen también los vegetales que consumirán; en el pasillo hay más de diez mujeres que ofrecen blandas y tlayudas para acompañar el festín.
"También pueden venir a solicitar su canastita con cebollas y chiles de agua, nosotros vendemos platitos con rábanos, pico de gallo y nopalitos, también vendemos platos con guacamole y varias salsas. Ya con su canasta pueden pasar por sus carnes y después comer", comentó Norma Sebastián, quien durante más de 17 años ha vendido a los comensales órdenes de verduras con precios de a cinco, diez y hasta 15 pesos.
"La tercera forma -comentó el carnicero Carmelo Reyes- es venir directamente por su orden de carne a los locales, nosotros también tenemos canastas, o también pueden llegar directamente a las mesas y lo atenderán de inmediato para darle sus tortillas, su comida y sus bebidas", durante más de siete años, Carmelo ha atendido en su carnicería Juquilita a miles de oaxaqueños, turistas mexicanos y extranjeros.
Desde las 8 de la mañana comienza la actividad en el mercado 20 de noviembre, algunos minutos después inicia la humadera y el calor de los anafres en el Pasillo de las Carnes Asadas, donde los carniceros atienden a decenas de familias de la capital, turistas y también a una población que con una posible resaca, puede curarse la ansia con una cerveza y su dosis de carne.
