El Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) resguarda en sus paredes la exposición Estén tus ojos abiertos, de Claudia López Terroso, quien centra en esta ocasión su trabajo, en su madre, a quien dedicó en vida sus esfuerzos a aliviar los males del alma y del cuerpo a la gente que recurrió a ella con fe en sus conocimientos y habilidades sanadoras.
Mediante el grafito, Claudia López Terroso, se enfrenta al vértigo que impone la ausencia de su madre, pero usa la fotografía para reencontrarse con ella. Esta artista junto con sus hermanas, recuperó una serie de diarios donde su madre—una curandera del Istmo—consignaba tratamientos, sustancias y conjuros aplicados en casos particulares.
Más que fórmulas reproducibles, las palabras registradas en esos diarios constituyen una bitácora de acciones ejecutadas y formas de contacto entre cuerpos, materias y espacios para restituir la salud y el sosiego. Hoy no te puedes perder la oportunidad de conocer el trabajo de esta artista que recrea esos momentos de curación que presenció o en las que participó.
Desplazamiento del cuerpo
La primera sala de la muestra, agrupa un conjunto de más de 100 dibujos. Al igual que los cuadernos de su madre curandera, estos dibujos conforman una bitácora, que la artista actualiza al añadir un nuevo ejemplar cada día. Aquí, el dibujo es signo de desplazamiento del cuerpo que traza y del material que se adhiere a la superficie del papel.
Recreaciones
La segunda sala que recibe esta muestra encontrarás la recreación de una imagen soñada por la artista, quien afirma que “en la noche pasan muchas cosas”. En medio de una aparente calma física, los sueños son un ámbito de la actividad psíquica en el que la intuición y la sensorialidad intensificada se entrecruzan; los sueños ameritan atención porque tienen el potencial de canalizar mensajes.
La frase "Estén tus ojos abiertos" es solo una de las varias plegarias de esos documentos que la artista re interpretó física, visual y gráficamente
Depuración y encuentro
La visita a la muestra de Claudia López Terroso nos lleva a la última sala donde está su obra, en donde exhibe diversas fotografías que evocan varias acciones que la artista y su familia realizaron en el espacio íntimo de la madre, como parte de un proceso de depuración y encuentro con los objetos que ella les legara.
La fijación de estas imágenes no hace otra cosa que señalar lo que estas no pueden mostrarse realmente: esos momentos efímeros de profunda activación de la memoria detonados por el contacto directo con las superficies y las materias compartidas por ambas pieles.
Duelo ante la ausencia
Claudia fue definiendo la esencia de su obra. Comenzó a crear un dibujo diariamente, a partir de esas palabras que fue repitiendo como un rezo o mantra, transformado el conocimiento de esa dolorosa experiencia y la herencia familiar sobre los procesos de curación, en piezas de dibujo en grafito y tinta sobre papel, elaboradas a manera de bitácora.
