Pasar al contenido principal
x

Individuos y masa en la era digital

Foto(s): Cortesía
Redacción

Por Rafael Alfonso

Los youtubers, los standuperos y en general los influencers ⎯o quienes pretenden serlo⎯ generan contenidos bastante similares entre sí, apegándose a una suerte de estilo estandarizado que les asegura, al menos imaginariamente, la aceptación de cierto público en detrimento de la originalidad. Antes podíamos decir “en la variedad está el gusto”,  pero al parecer, en la uniformidad también.

Meta aspiracional

La generación que creció al ritmo de este boom de los generadores de contenido ha hecho del ser influencer una meta aspiracional, y con justa razón, tras ver los beneficios que el éxito en este ramo conlleva: dinero, viajes, descuentos, artículos y comidas gratis, patrocinios, zonas VIP y la atención de muchos seguidores, todo (aparentemente) a costa de no hacer nada, de simplemente “ser uno mismo”. De cierto modo, ser influencer, es un poco regresar a la experiencia primigenia de ser “el rey de la casa”, como cuando fuimos el bebé de la familia, ilusión que podemos recuperar a golpe de likes. Por supuesto, fácil no es, sabemos de cierto que los influencers más destacados llevan detrás de sí, una producción profesional, disciplina y un meticuloso  trabajo de planeación.

Definitivamente no es un destino para todos, entre 10,000 (si no es que cientos de miles) aspirantes a influencers habrá un par que lo logre, pero cada vez hay espacio para menos, porque incluso ese puñado de privilegiados, comienza a vivir la angustia de la competencia feroz. Todo el mundo está generando contenido, y por si fuera poco, la liebre salta donde menos se espera. La reina del Tik Tok encontró en esta aplicación la forma de renovar su carrera, cuando estaba a punto de la jubilación como estrella de telenovela.

Dos preocupaciones

El público masivo tiene gustos impredecibles. Contenidos que uno puede considerar muy interesantes desde una perspectiva personal, tienen unas cuantas visitas, mientras otros que ⎯también desde un punto de vista muy personal⎯ uno puede calificar como verdaderas estupideces, tienen millones de visualizaciones.

También preocupa cómo se censuran contenidos en función de la corrección política y de una moral que sonroja por ñoña y contradictoria. La misma plataforma que censura por igual una palabra o un desnudo artístico, presenta golpizas o ejecuciones, además de entretenimiento que no duda en hacer uso de la violencia extrema como escenas de tortura y violación o piezas musicales con letras misóginas. Ya ni qué decir del “hate"  ⎯expresiones de odio⎯ que lo mismo reciben J.K. Rowling, por sus declaraciones presuntamente transfóbicas, o los seguidores de Bad Bunny, al ser víctimas de una vulgar estafa. Lo anterior está dando pie a una nueva doble moral, extraña y virulenta.

George Orwell, en su novela "1984", nos describe al Gran Hermano, un individuo dotado de un poder extraordinario que domina, a través de la tecnología, a una multitud de individuos iguales entre sí, un cuadro que corresponde casi exactamente a nuestra representación de la horda primitiva, pero prevista para  el futuro. ¿Cuánto nos falta para estar ahí?

Continuará el próximo miércoles…

¿Quieres saber más?  Escúchanos este viernes en punto de las doce del día por: https://www.facebook.com/RadioUnivas. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

[email protected]

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.