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Ángeles y Palabras: Los ángeles y el amor

Foto(s): Cortesía
Aleyda Ríos

Isela Sedano

12 de septiembre 2021// La Luz del cielo necesita expresarse en el amor, en el amor profundo, en el amor-conocimiento, en el amor-sabiduría, en el amor-tolerancia, en el amor- compasión. Amar al otro y ver sus errores con empatía, equilibrándolos ahí donde se encuentran, es aprender a amar al otro en lo que tiene que superar; también aprendiendo a comprender y ayudar sin juzgar, porque el juicio no ayuda a nadie.

Los ángeles ayudan al ser humano en este camino que implanta las bases del amor y de la creación; la energía que se transmite es suave, pero firme, porque no puede desviarse de la ruta que tienen que seguir; es difícil establecer una energía de amor porque representa una base muy importante; por eso, desde hace decenas de años, la concepción del amor cambió profundamente.

Estas nociones se modificaron de tal modo que con frecuencia rayaron en el proceso inverso, actualmente corrigiendo este problema, poniendo el equilibrio necesario e importante para irradiar el conocimiento y la Luz provenientes del Cielo, poniendo este trabajo y este amor en la familia, el trabajo, en el entorno, en las actividades diarias, con el fin de preparar a la humanidad para que aprenda a vivir y convivir con ella misma.

Cuando se comprenda primero a uno mismo y a la pareja es cuando se empieza a comprender a los demás y no a la inversa; así, siendo más respetuoso y tolerante se aprende a convivir con los demás y con sus grandes diferencias; y utilizándolas de modo que sirvan para tener paz, integridad y sabiduría para vivir con la voluntad del Padre y la ternura de la Madre en el interior.

Por eso, el camino pide que se haga paso a paso, para que el cuerpo se transforme poco a poco hasta que esté en condiciones de recibir la Luz que el cuerpo y las células puedan soportar; cada vez que se recibe una luz muy potente de amor, simultáneamente se realiza una limpieza interna.

Así se intensifican las sombras interiores que corren el riesgo  de materializarse a través de sucesos exteriores que a veces es muy difícil vivir; estos sucesos entonces necesitan vivirse a un ritmo que se pueda recibir, vivirlos, transmutarlos y transformarlos.

Todos se deben vivir para lograr el perfeccionamiento de sí mismos y de la vida, comprendiendo que estos sucesos forman parte de uno mismo, del desarrollo y de la propia vida, y que no se puede vivir sin ellos; la vida no es un largo río tranquilo como a todos nos gustaría que fuera; siempre hay cosas frente a cada uno para aceptar la cara oculta de uno mismo y así con amor, ternura y compasión, llegar muy lejos.

Las dualidades se viven de manera totalmente diferente, se pueden hacer con aceptación, amor y trascendencia. En estas situaciones se viven las energías del interior, todos sabemos que no es fácil, pero depende de la forma de ver las cosas y de la ubicación de nuestro masculino y de nuestro femenino, logrando un gran equilibrio energético, donde la Luz pasa por la obscuridad venciendo a ésta.

El amor es todopoderoso en los seres y las cosas, el amor debe comunicar, el amor debe compartirse; cuando el ser humano sienta que no está en estado de amor, debe buscar dónde está el problema porque las energías de comunicación y amor están muy unidas.

Cuando se genera amor, forzosamente se comunica; el amor existe para circular e intercambiar; si no se está en la energía de comunicación, no es Amor; la comunicación abre al plano del cielo y este distribuye el amor que cada uno necesita; el lazo con el Cielo, con Dios, con sus fuentes, con los ángeles, permite que se reciba el amor en forma personal y en cada una de las células que conforman nuestro cuerpo.

"Cuando el ser humano se separa del Cielo, de Dios, de la Luz y de los ángeles, su amor empieza a agotarse; las personas que están en esta noción de amor, forzosamente están conectadas con Dios".

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