Por las calles de la zona sur de la ciudad capital se desprende una vida un tanto agitada, aquí los ciudadanos circulan a la expectativa de lo que sucede; quien no lo hace es fácil presa del hampa. La zona está repleta de comercio en la vía principal que es el Periférico, y mientras se camina es imposible no desviar la mirada hacia las chicas, unas extremadamente jóvenes, que ofrecen su servicio sexual.
La zona de la Central de Abastos ha pasado a formar parte de una franja de tolerancia, donde confluye no solo el comercio de todo tipo, también la prostitución y venta de drogas.
Ana N. es una joven guapa, con exceso de maquillaje trata de ocultar su edad. No supera los 19 años. Al lado de ella muchas otras jóvenes más esperan por un "cliente”.
350 mujeres registradas como trabajadoras sexuales
40 % de las 350 son personas de la tercera edad.
30 transgéneros u homosexuales
410 pesos, multa al no acudir a revisiones sanitarias
Estas jóvenes han pasado a formar parte del panorama habitual y de la actividad económica más solicitada de esta zona, cuentan con convenios con los hoteles y habitaciones específicas en el lugar, solo esperan cerrar trato con un interesado.
Mujeres jóvenes ofrecen su servicios en calles del centro histórico. FOTO: Carlos Román Velasco
Hasta 10 clientes al día
La pregunta es una: ¿cuánto cobras amiga?
Acuerdo con hoteleros y uso de redes sociales, las nuevas estrategias. FOTO: Carlos Román Velasco
De inmediato responde: 280 pesos, aquí en el hotel de enfrente
Ana, quien ha pedido ser identificada así, evade mencionar su edad, está de paso dice y busca juntar lo más que pueda para poder llegar a su destino: los Estados Unidos.
Asegura que estar parada por horas, soportar tacones de hasta 11 centímetros y tener “sexo” hasta con 10 hombres diarios, no es de lo más agradeble, pero se acostumbra; sin embargo, es el trabajo más fácil y seguro que encontró para cumplir su meta.
Prefiere no hablar nada de su infancia porque no le gusta recordar cosas tristes, pero ya lleva algún tiempo prostituyéndose.
"La vida no están fácil, la gente critica y dice por qué no buscan trabajo de otra cosa, pero nadie sabe que hay detrás, lo que nos hizo llegar hasta aquí, es fácil hablar pero no comprenden", menciona en un tono de voz áspero, aprieta la mandibula, aunque después se relaja.
A su corta edad, que nunca se decidió a mencionar, denota sufrimiento y una situación difícil en su infancia, pero solo se limita a encoger los hombros y lanza su mejor sonrisa; despúes, con sus palmas, muestra sus atributos.
En bares y cantinas hay menores de edad, autoridades lo ignoran
En la capital oaxaqueña, la zona de tolerancia esta bien definida, incluso cuando se teclea en un ordenador la palabra prostitución lo que salta de inmediato es un mapa que muestra los lugares señalados con focos rojos: Periférico, las calles de Zaragoza, Galeana, entre otras.
En esos puntos y en las calles aledañas, donde están ubicados bares y cantinas, la presencia de menores es aún mas evidente. Pese a que con la forma de vestir y maquillar pretender mostrar lo contrario, las facciones, la estatura y forma del cuerpo evidencia la costa edad.
Además, en los hoteles y cuartos disponibles para este servicio hay chicas menores de edad esperando por clientes.
Sombra de trata
Todo ello sucede a la vista de las autoridades, quien ignoran si las jóvenes que se prostituyen son menores de edad, un delito que puede configurarse como trata de personas.
Soportas tacones altos, miradas lascivas se enmarcaran con el comercio ambulante. FOTO: Carlos Román Velasco
En cada uno e estos puntos hay personas que de manera discreta observan quién y cuántos se acerca a algunas jóvenes. Solo se dedican a vigilar, disimulan platicar con otras personas, caminan por un rato sobre la misma zona, pero vuelven al mismo lugar.
No hay estadísticas de quienes ejercen en oficio y mucho menos cifras de menores prostituyéndose
Sobre la totalidad de personas que ejercen el oficio de la prostitución no hay autoridad que mencione datos exactos, se justifican al señalar que muchas "solo vienen de paso y se van".
Control sanitario
El Centro de Atención y Control de Enfermedades de Transmisión Sexual (CACETS) del Ayuntamiento capitalino reportó que tienen registradas a al menos 350 mujeres que se dedican a la prostitución, quienes cuentan con cartilla o libreto y acuden a revisión cada ocho días para un control sanitario.
Además de 30 personas transgénero identificados, que igual cumplen con el requisito de acudir a revisiones continuas, no hacerlo implica una multa que ronda en los 410 pesos.
El Centro reconoce que estas personas no son las únicas que pueden dedicarse a este oficio, pero de que se lleva el control se trata de un proceso estricto que todas tienen que acatar.
