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El último sombrerero de Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

VILLA HIDALGO YALÁLAG, Oaxaca.- Uno de los últimos artesanos que elaboran los famosos sombreros de panza de burro en la región de la Sierra Juárez, es José Tiburcio Pazos, quien a sus 62 años y tras tres décadas de ausencia en su terruño, regresó para rescatar un oficio en extinción; hoy, es uno de los tres que se dedican a este trabajo en el estado y el único en su comunidad.


Desde temprana edad y por herencia de su padre, José Tiburcio aprendió el proceso; sus inicios en esta labor artesanal comenzaron a los seis años, por la necesidad de trabajar para poder seguir estudiando, ya que es el hijo número nueve de 17 hermanos, así que tuvo que entrarle al oficio para ayudar a su padre; a los 13 años ya trabajaba a la par que él.


Retos desde niño




Cera negra y brea es la mezcla que les aplica para evitar que el agua se trasmine y sea un auténtico sombrero de panza de burro.

"Mi padre fue un hombre que siempre me ponía retos y lo agradezco, rápidamente aprendí su oficio. Más tarde tuve que emigrar a la capital del país, para buscar una mejor vida; estudié el bachillerato, quise estudiar una ingeniería, pero ya no se pudo. Tras 35 años de servicio me pensionaron y volví a Yalálag hace cuatro años para levantar el taller; me habían dicho que el oficio había muerto".


Don Tiburcio es un hombre sensible, con una capacidad de asombro que no muere y un humor cálido. Mientras conversa se escucha cerca el repique de campanas, lo cual exacerba su nostalgia y melancolía, se disculpa y de sus ojos deja rodar unas cuantas lágrimas.


"Es que éramos muchos hermanos y había que buscar la forma de salir adelante, de ayudar a nuestros padres", justifica. Vuelve a su relato, y rememora que en 1973 fue en busca de trabajo y estudio a la Ciudad de México, de donde finalmente regresó en el 2009 a Yalálag, ya con familia: esposa y dos hijos, a quienes sí ofreció estudios completos, lo cual le regresa la sonrisa al rostro.


Elaboración artesanal




En proceso de secado, en su pequeño taller en la Sierra Juárez.

Orgulloso, mientras recorre su pequeño taller construido en el patio de la vieja casa familiar, con adobe, comparte el proceso artesanal que dispone cada que va a elaborar un sombrero. Comenta que para realizar un sombrero, el primer paso es limpiar la lana de borrego para retirarle la basura y el polvo; luego se carda para eliminar las impurezas.


Mientras explica, recuerda que en 1900, antes de la Revolución, en la sierra había muchos sombrereros y que cuenta la historia que hubo escasez de lana. Cuando joven recuerda que además de hacer sombreros, también elaboraban gabanes y rodetes.


Ya que consigue delgadas fibras, dispone el proceso de teñido, para luego aplicar una mezcla de brea con cera negra para darle una consistencia más dura a la lana e impedir que se trasmine el agua. Finalmente pasa el material para la horma de madera, las cuales elabora él mismo.


El dato


Don José Tiburcio Pazos es el único artesano que hace estos sombreros, en la región de la Sierra Juárez. Sabe de otro artesano en Ocotlán y de otro en Miahuatlán de Porfirio Díaz, solamente. El oficio está en extinción.


El precio: los sombreros oscilan entre los 700 y mil pesos.


Paso a paso



 


1. Limpieza de la lana.


2. Se pasa por la carda, caliente, para poder trabajarla.


3. Teñido.


4. Se sumerge en una mezcla de cera negra y brea.


6. Se horma.


5. Se pone sobre un horno y se calienta con vapor para después pasar a un proceso de planchado.


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