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Algunos apuntes sobre el maltrato animal

Perrito encerrado
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

El maltrato hacia los animales es un problema que requiere una profunda reflexión. El infligir daño y sufrimiento a seres vivos indefensos, revela aspectos perturbadores de la psique humana y plantea importantes interrogantes: ¿Cuáles son las posibles motivaciones subyacentes al maltrato animal? y qué repercusiones psíquicas tienen estas conductas, especialmente en el desarrollo de los niños?

El divino animal

Desde que la humanidad existe, ha tenido que compartir el planeta con las demás criaturas, compitiendo con ellas por el alimento, cazándolas para sustentarse o huyendo de ellas ante la amenaza depredadora que algunas especies pudieran significar. Eventualmente algunos animales, en virtud de la importancia que tuvieron en la supervivencia del hombre en un determinado espacio geográfico, alcanzaron el grado de divinidad. Las primeras religiones organizadas veneraron deidades con formas animales. Así, el animal totémico, símbolo de una profunda conexión entre el ser humano y la naturaleza, se encuentra presente en numerosas sociedades alrededor del mundo.

Con todo y lo anterior, la relación del hombre con los animales también tiene otra cara, presente a lo largo de la historia de la humanidad: el hombre, por muchas razones, se ha visto compelido a percibir al animal como una cosa y no como un ser, negándole de esta forma la capacidad de sentir y la dignidad propia de una criatura, permitiéndose con ello la apropiación, la confinación, la explotación y el maltrato de varias especies.

Dos casos de cero empatía

En recientes fechas, en nuestro país, dos casos han cimbrado la conciencia pública, dejando ver esta ausencia de empatía con el dolor animal.

Un hombre, en un arrebato de ira contra un carnicero, lanzó a un pequeño perro al interior de un cazo donde hervía aceite; esto, para dar más fuerza a las amenazas lanzadas segundos antes, provocando con ello la muerte del animal. En la pasada semana, un adolescente “adoptó” un cachorrito, al parecer con el único propósito de torturarlo y finalmente causarle la muerte.

Más allá de la unánime condena que estos actos generaron, sabemos que dichas expresiones patológicas extremas nos dicen mucho más de nuestra propia naturaleza como individuos y como sociedad, de lo que quisiéramos. Dentro de nosotros se encuentran distintos grados de normalización de la violencia hacia los animales. Respecto de este fenómeno, difícilmente podríamos considerarnos inocentes; recordemos que las moscas y cucarachas también son fauna, y que en la tierna infancia no son pocos los insectos, aves y mamíferos cuyas vidas corren verdadero peligro en manos de las curiosas e inexpertas manos infantiles.

Es importante saber que esta conducta no solo tiene consecuencias para las víctimas directas. Numerosos estudios indican que quienes ejercen violencia en contra de los animales, son propensos a desensibilizarse del dolor ajeno y a justificar la violencia y el abuso en otros contextos. Dichas investigaciones han establecido también una clara asociación entre el maltrato animal en la infancia y el desarrollo de conductas violentas en etapas posteriores de la vida.

¿Quiere saber más? Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

[email protected]

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