Durante más de un año, una menor vivió un martirio al lado de su madre y los padres y hermanos de su padrastro que la golpeaban y trataban mal.
El martirio se registró en su domicilio ubicado en la colonia Vicente Guerrero del distrito de Zaachila, hasta que fue rescatada por policías municipales de ese distrito y enviada a un albergue, donde actualmente se encuentra.
Ayer (día internacional de la Niña), las cinco presuntas responsables de los hechos acudieron al juzgado de control de Tanivet, donde el agente del Ministerio Público les realizó la comunicación de la imputación del delito de violencia familiar y por lo cual a través de su abogado defensor pidieron la ampliación del término constitucional.
Se trata de Reyna, madre de la menor de nueve años de edad, la pareja forma por Carmen y José Jacinto y las hermanas Karina y Lucero, que son padres y consanguíneas del actual esposo de Reyna.
La menor de edad nació en Baja California, donde su mamá, Reyna acudió a trabajar, pero fue abandonada por su padre.
Reyna encontró otra pareja, con quien ha procreado otros dos hijos, pero a petición de su actual esposo decidió regresar a Oaxaca para estar con sus suegros Carmen y José Jacinto y sus cuñadas Lucero y Karina.
Con ella viajaron sus tres hijos, entre ellas la pequeña Laura (nombre ficticio) y empezaron a vivir en la calle Octavio Paz de la colonia Vicente Guerrero.
INICIA EL CALVARIO
El 20 enero del 2015, la menor de edad con sus dos hermanitos y su mamá Reyna llegaron a la calle Octavio Paz, pero empezó su calvario al lado de la familia de su padrastro.
María del Rosario, una vecina de la menor narró ante la autoridad ministerial que la niña era víctima de malos tratos y lo cual fue confirmado al ser rescatada el 1 de julio del 2016 y trasladada a un albergue, donde actualmente se encuentra.
A las 19:50 horas del 1 de Julio, los elementos de la policía municipal llegaron al domicilio, a petición de los vecinos, pero al ingresar descubrieron que la menor apenas su podía sostenerse en pie debido a la desnutrición que padecía y con cicatrices de golpes antiguos y moretones de agresiones recientes.
Laurita fue llevada con un médico y quien al revisarle le encontró lesiones en pómulo, ceja, nariz, brazos, piernas y otras partes del cuerpo, dictaminando que tenía el síndrome del niño maltratado, además con una severa desnutrición.
En la narración de hechos dijo que la agresión del 1 de julio fue por pedir leche para tomar y lo que le dieron fue una golpiza y un jarabe de los raspados que venden. La jalaron de los cabellos y le dieron golpes.
El 5 de marzo del 2015, la menor dijo que le pegaban dos veces por semana y la dejaron más de medio día en el sol, por lo cual tenía que brincar porque se le estaban quemando los pies.
El 10 de marzo del 2015, no alcanzó la pipa de agua y recibió una golpiza.
A las 23 horas del 22 de enero del 2016, a un año de su llegada el castigo fue sacarla desnuda a la calle, ante un intenso frío que hacía.
El 30 de abril, Maria del Rosario le dijo que le iba a regalar un juguete, pero la niña no aceptó porque dijo que su mamá y abuelita la golpeaban.
A las 15 horas del 15 de junio, otra vecina observó que la niña estaba cortando el pasto y atrás de ella José Jacinto con un tubo y cuando la menor no quería hacerlo, recibía golpes.
En la carpeta de investigación existen los dictámenes médicos, donde confirman que la menor sufrió lesiones en diversas partes del cuerpo.
Reyna, Carmen, José Jacinto, Lucero y Karina pidieron la ampliación del término constitucional y se reservaron su derecho a declarar, aunque entre ellos murmuraban, “eso no es cierto”.
