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Mixteca baja, cuna de la cultura Ñuñe

Foto(s): Cortesía
Redacción

Entre los años 400 y 800 d.c. los habitantes de la Mixteca Baja habrían desarrollado un estilo artístico propio, con rasgos estéticos, simbólicos y de escritura que no correspondían a la cultura teotihuacana y zapoteca – de mayor influencia en el territorio oaxaqueño- a esta cultura el arqueólogo estadounidense, Jhon Paddock la denominó en la década de los 60: Estilo Ñuiñe.


Producto de esa investigación realizada en 1965, por primera ocasión a través de una exposición organizada por la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, responsable de custodiar archivos y acervos de John Paddock, en el Centro Académico y cultural San Pablo (SSP) se exhiben 30 piezas: una lápida funeraria de 43 por 34 centímetros y dos libros impresos en 1844, que prestó la Biblioteca Nacional de Antropología.


Se incluyen además los primeros registros de piedras labradas de la Mixteca Baja realizadas en los siglos 18 y 19 así como las más recientes investigaciones arqueológicas, completando un panorama amplio sobre las indagaciones del pasado de esa región en la que la aportación de Paddock resultó fundamental.


Cuando el arqueólogo empezó a trabajar en la Mixteca Baja ya habia realizado investigaciones en Teotihuacán y Monte Albán, por ello fue capaz de reconocer sus huellas culturales.


Las piedras labradas de la Mixteca Baja llamaron la atención de exploradores cronistas e investigadores, entre ellos el historiador Manuel Martínez Gracida, quien realizar estudios estadísticos y etnograficos, así como del escritor Cristhoper Moser.


En la muestra conformada principalmente por vasijas y cabecitas colosales se nota la influencia de Cholula y de la Costa del Golfo de México, pues fueron confeccionadas de arcilla, de fuertes similitudes con las existentes en el centro de Veracruz.


Con el estilo ñuiñe se elaboraron piezas de cerámica naranja, con incrustaciones de mica, que no se encuentran en otras culturas. Otra característica de este estilo se puede encontrar en las urnas funerarias de base cuadrada con representaciones del dios viejo, que no se encuentra ni en Tehotihuacán o Monte Albán.


También se asocia a este desarrollo cultural un sistema de escritura muy parecido al que se utiliza en Xochicalco, que mezcla elementos zapotecos y teotihuacanos con otros de las Tierras Bajas Costeras Periféricas.


La historia señala que entre 500 y el 700 d. C. el noroeste de Oaxaca vive fenómenos de eclecticismo y evolución muy similares a los identificados en ese momento en Cacaxtla, Xochicalco y sitios del área de Bilbao y Cotzumalhuapa, y que definen un estilo que integra elementos autóctonos con otros procedentes de los centros más prestigiosos del período Clásico.


Otros investigadores retomaron la propuesta de Paddock y han ido avanzando en el conocimiento sobre este estilo característico del pasado arqueológico de la Mixteca baja, aunque todavía es mucho lo que falta por saber.


Muchas de las piedras labradas ñuiñe más llamativas ahora se encuentran fuera de su contexto arqueológico original. Algunas como el Dintel de Huajuapan fueron llevadas a museos nacionales.


La definición


La palabra Ñuiñe no es de origen mixteco sino una creación de Paddock que mezcla la palabra ñuu niñe y ñuu i’ni, esta ultima es una expresión mixteca para definir un pueblo caliente.


Años


400 y 800 d.c.


1965, año del inicio de la investigación de Jhon Paddock

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