Pasar al contenido principal
x

Pablo, niño invidente vive en la calle; víctima del desalojo en Zaachila, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Remiendos de lonas y cartón son su hogar; su cama, dos cobijas tendidas en el piso. En casa no hay televisión, estufa o refrigerados, ni siquiera una silla o mesa. La vivienda parece extraída de un municipio enclavado en la pobreza extrema, pero no es así, se encuentra establecida en la Alameda de León de Oaxaca de Juárez.


Así vive Pablo, un niño con ceguera y otros de sus cuatro hermanitos, que forma parte de las víctimas infantiles del conflicto social que dejó el desalojo de la agencia municipal Vicente Guerrero del municipio de la Villa de Zaachila ocurrido en julio del 2017.


Al interior de la vivienda, empotrada en un diminuto espacio de una jardinera, los niños intentan conciliar el sueño entre el frío y la incomodidad. Todos, desde el más grande de 11 años, hasta el bebé de un año, enfermaron de tos.


Karla Diego, madre de los pequeños sólo ruega que no les dé fiebre porque no tiene dinero para que sean atendidos por algún médico.


Su esposo trabaja como ayudante de albañil, su ingreso es mínimo. Ella se dedica al cuidado de sus hijos, debido a que desde hace seis meses viven en la calle, no ha podido buscar empleo.


El día inicia. Los pequeños se levantan en busca del sol para calentarse un poco. Pablo se levanta a tientas desorientado por la somnolencia, pero enseguida se ubica en el espacio de la vivienda, y contando los pasos sale de la carpa. Afuera la gente camina sin verlos, pues debido a que han pasado más de seis meses desde su llegada al zócalo, aquellas familias forman parte de un paisaje natural.


El agua para el café, que será su único desayuno, hierve en el anafre. Pablo se sienta a un metro del fuego para alejar el frío que le dejó la noche.


Antes de que su familia fuera desalojada y su casa destruida, Pablo era beneficiario de un programa social para personas con discapacidad, debido a que no tiene comprobante de domicilio, porque vive en la calle, el apoyo le fue cancelado.


Lo mismo ocurrió con sus hermanitos en edad escolar quienes dejaron de recibir el apoyo Prospera porque, ante el conflicto social en el que se vieron envueltos, dejaron de ir a la escuela.


Para Pablo y su familia, el futuro es incierto pues hasta el momento no saben si serán reubicados.

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.