Comerciantes de juguetes tradicionales aseguran que los niños y niñas de Oaxaca se están olvidando de los juegos de antaño, ya que durante estas festividades decembrinas sus ventas no fueron las esperadas.
El yoyo, trompo, balero, la muñeca de trapo, los trenes de madera o latón y un sin fin de juguetes, forman parte ya de un tiempo que pasó y, al parecer, nunca volverá.
Estos juguetes tradicionales aún se continúan expandiendo en algunos mercados, se encuentran en puestos en espera de ser adquiridos, pero lo cierto es que es muy poco probable que se vendan.
“Como cada año, esperamos que los niños pidan estos juguetes durante estas festividades, pero lamentablemente, ya no es lo mismo, los pequeños ya no los conocen, ni les llama la atención”, dijo.
Los juguetes artesanales son más resistentes y económicos que el plástico, señaló, por lo que exhortó a madres y padres de familia para recordar los juegos de su infancia y transmitirlos a la niñez oaxaqueña.
Carmelo Pérez tiene un puesto de juguetes tradicionales frente al mercado 20 de noviembre y asegura que es poco probable que Santa Claus elija regalar uno de estos juguetes, ya que en la actualidad, los menores desean recibir celulares, tabletas u otros artículos tecnológicos.
“En mis tiempos no existía nada de esto y tener un juguete de estos era lo que nos brindaba alegría por las tardes cuándo salíamos a la calle a jugar con nuestros vecinos o familiares, ahorita ya nada es igual”, dijo.
El comerciante asegura que es el turismo nacional e internacional el que le da el valor a los juguetes y los adquiere sin dudarlo. Teme que algún día estos artículos tradicionales se dejen de vender y desaparezcan por completo, ya que lamenta que los oaxaqueños no les den la importancia que tienen.
Dijo que estos productos se venden en promedio uno o dos juguetes tradicionales al día, no importando la temporada. Además, los comerciantes de este tipo de artículos tienen una competencia desleal, los juguetes chinos que en nada se compara al juguete oaxaqueño, pero que es adquirido más.
El comerciante urgió a las familias a rescatar a los juguetes y los adquieran, ya sea para fomentar en sus hijos el valor de la imaginación o tenerlos como recuerdo de sus bonitas infancias.
