El feminismo, como movimiento político, se extiende a través de diversos ámbitos de la sociedad, y uno de ellos es la economía.
Mientras que la economía ortodoxa se centra en el capital, el enfoque feminista destaca a las personas como elemento central, según explica Leticia Cruz, integrante de Es Mío, una cooperativa de economía social para las mujeres oaxaqueñas, un ejercicio de organización que busca el empoderamiento económico con el valor de la vida en el centro.
En palabras de Leticia Cruz, "lo que importa son las personas y lo que sostiene la vida de las personas".
La economía feminista aborda diversas ramificaciones del feminismo, como el ecofeminismo, que se centra en el cuidado medioambiental, y el feminismo anticolonial, que cuestiona cómo la colonización reproduce ciertos patrones, especialmente en términos de racialización.
Este enfoque desafía el paradigma de la economía ortodoxa, que prioriza el capital y lo cuestiona desde varios frentes.
Un aspecto clave es la economía de los cuidados, reconociendo el papel fundamental de las mujeres y la importancia de compartir esa responsabilidad.
Leticia, defensora de derechos destaca cómo el sistema capitalista afecta a todos, hombres, mujeres y la naturaleza, al poner en el centro el valor del dinero y las transacciones económicas. La economía feminista busca visibilizar y valorar todos los circuitos que sostienen la vida, incluidos los relacionados con la naturaleza.
En un análisis crítico de la propuesta marxista, Leticia señala que se centró principalmente en los derechos del trabajo productivo, dejando de lado el trabajo reproductivo y de cuidados, que históricamente ha sido desempeñado mayoritariamente por las mujeres.
La economía feminista busca revalorizar este trabajo invisible que sustenta la vida.
En el contexto de Oaxaca y las actuales problemáticas sociales, como la falta de agua y el aumento de precios en productos básicos, Leticia enfatiza la importancia de la organización y la participación comunitaria. Destaca que Oaxaca aún conserva mercados populares, trueques e intercambios, oportunidades para practicar una economía social y solidaria.
Bajo esta filosofía, Leticia imparte talleres de economía feminista cuestionando qué tipo de economía están construyendo las mujeres y cómo se están organizando. Resalta la importancia de la colectividad, la democracia y la participación en la toma de decisiones como valores fundamentales para construir una economía feminista.
Finalmente, Leticia invita a la audiencia a organizarse, a crear espacios de encuentro y a construir economías con y para las mujeres.
Destaca la necesidad de escucharse mutuamente, compartir visiones y poner en el centro los valores de la colectividad y el buen trato.
En un momento de crisis, como el actual, ve la oportunidad de encontrar grietas para enfocar políticas sociales desde la perspectiva de las mujeres del día a día.
