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Avistamiento de ballenas: acoso, sobrecupo en lanchas y sin permisos

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Foto(s): Cortesía
Patricia Pacheco

Inadecuadas prácticas de observación -acoso a las especies-, sobrecupo en las embarcaciones y ausencia de permisos para realizar la actividad, constituyen la “bomba de tiempo” que prevalece entre prestadores de servicios que realizan y explotan la observación de ballenas durante la presente temporada en la Costa de Oaxaca.

A dos meses del inicio de la temporada de observación de ballenas -según el calendario determinado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)-, y luego de que en los recientes años la actividad se ha convertido en un atractivo turístico de la Costa, ésta se practica sin seguir los lineamientos de la norma oficial NOM-131-SEMARNAT-2010, lo que representa un alto riesgo para los turistas (sin que ellos lo sepan) y altera el hábitat de los cetáceos.

 

 

Peligrosa cercanía de embarcaciones

Luego de realizar un recorrido por mar para verificar la situación que persiste en la zona de observación que abarca Puerto Ángel-Mazunte y conocer el comportamiento de los prestadores de servicios náuticos, se pudo comprobar que existe una marcada tendencia de los capitanes o guías de los barcos a acercarse demasiado a las ballenas, lo que se traduce en un peligroso acoso.

Aunque en ocasiones son los propios turistas, quienes fascinados por ver de cerca a los mamíferos y contagiados por algunas fotos o videos que se viralizan en redes sociales sobre los majestuosos encuentros, solicitan a los tripulantes que acerquen lo más que puedan las embarcaciones; también es cierto que son los propios guías quienes con tal de dejar satisfechos a los paseantes y atraer a otros tantos en nuevas travesías, optan por acercarse en demasía a las ballenas, a pesar de la osadía que ello conlleva.

Según la Norma Oficial, la distancia mínima para la observación responsable de las ballenas en embarcaciones menores -como es el caso de la mayoría que realiza la actividad en la Costa oaxaqueña- es de 60 metros; a pesar de ello, son pocos los operadores que acatan la regla, aun cuando saben que ello puede perturbar al animal y que algo que caracteriza a las ballenas jorobadas es la realización de acrobacias -con las que pueden golpear sin querer la embarcación-.

Según prestadores de servicios turísticos consultados, el problema del acoso a las ballenas se presenta con mayor frecuencia entre operadores de San Agustinillo y Mazunte, pero la inadecuada práctica se presenta también entre capitanes de Puerto Escondido, y en menor medida en las aguas de Huatulco.

Hay que recordar que ya se han suscitado accidentes por la cercanía de embarcaciones a los mamíferos, siendo el más conocido el que ocurrió en marzo de 2018 en Puerto Escondido, cuando una ballena cayó sobre una lancha con turistas.

 

 

Sin permisos, observan ballenas

La misma normativa señala que la observación solo puede ser realizada por embarcaciones que cuenten con autorización, a través de permisos que son expedidos por la SEMARNAT y cuya portación implica que el operador conoce cuáles son las medidas a tomar para la observación responsable.

Luego de indagar exhaustivamente sobre el número de permisos que fueron solicitados a la dependencia para la temporada de observación, que en este año inició el 15 de diciembre y concluirá el 21 de marzo -en las tres zonas autorizadas para la entidad-, la información arroja que solo se tramitaron 12, de un aproximado de 280 embarcaciones, es decir, que sólo el 4.2 por ciento de los prestadores de servicios náuticos que ofrecen paseos en lancha para observación de ballenas cuentan con autorización oficial.

Según fuentes consultadas, de 120 embarcaciones que practican observación en Puerto Escondido, sólo cuatro tienen permiso; en la zona Puerto Ángel–San Agustinillo-Mazunte, sólo cinco de las 40 embarcaciones dedicadas a la actividad gestionaron su autorización, mientras que en el área de Huatulco sólo fueron expedidos tres permisos a pesar de que unas 120 embarcaciones ofrecen el producto turístico.

Embarcaciones al tope

A la tendencia de acoso hacia los cetáceos y la falta de permisos, se suma el exceso de pasajeros en las embarcaciones, principalmente en Mazunte y San Agustinillo.

A pesar de que la Capitanía de Puerto de cada zona debería regular el número de tripulantes y pasajeros, y según las reglas de turismo náutico, las embarcaciones menores  (las que miden menos de diez metros) sólo pueden llevar un máximo de 11 pasajeros, incluyendo a la tripulación, la realidad es que se presentan casos en los que se llegan a observar de 15 a 20 pasajeros (con todo y tripulación), lo que sumado a la cercanía de las lanchas con los animales, convierte una actividad que debería ser segura y edificante, en una verdadera “bomba de tiempo”, en la que se expone la tranquilidad de las ballenas e integridad de los turistas.

 

 

Dependencias brillan por su ausencia

A pesar de que especialistas y prestadores de servicios turísticos han notificado sobre la problemática y solicitado la intervención de dependencias como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Semarnat y a las propias Capitanías de Puerto para detener los excesos que cometen algunos tour operadores y poner en práctica medidas de contención como capacitaciones e incentivos para que haya mayor conciencia y responsabilidad en la observación, hasta el momento no hay respuesta y existe el riesgo latente de la ocurrencia de un accidente.

Para guías consultados, ésta ha sido una de las mejores temporadas, tanto en términos de la cantidad de ballenas que han atravesado la Costa oaxaqueña y pueden ser avistadas, como por la cantidad de turistas que solicitan y pagan recorridos para la observación de ballenas y otras especies, por lo que aseguran, se ha convertido en una actividad muy popular y rentable.

En Oaxaca, al igual que en otros estados de la República, se han establecido tres zonas de observación de ballena jorobada o Yubarta, en Puerto Ángel-Mazunte, Puerto Escondido y el Parque Nacional Huatulco.

 

 

Para saber

Según fuentes consultadas, de 120 embarcaciones que practican observación en Puerto Escondido, sólo cuatro tienen permiso; en la zona Puerto Ángel–San Agustinillo-Mazunte, sólo cinco de las 40 embarcaciones dedicadas a la actividad gestionaron su autorización, mientras que en el área de Huatulco sólo fueron expedidos tres permisos a pesar de que unas 120 embarcaciones ofrecen el producto turístico.

 

La Norma Oficial

La distancia mínima para la observación responsable de las ballenas en embarcaciones menores -como es el caso de la mayoría que realiza la actividad en la Costa oaxaqueña- es de 60 metros; a pesar de ello, son pocos los operadores que acatan la regla, aun cuando saben que ello puede perturbar al animal y que algo que caracteriza a las ballenas jorobadas es la realización de acrobacias -con las que pueden golpear sin querer la embarcación-.

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