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Aumenta consumo de crack en Juchitán

juchitan
Foto(s): Cortesía
Gerardo Valdivieso Parada

JUCHITÁN, Oaxaca.- Luego de que la autoridad municipal anunciara que está valorando qué destino tendrá el penal de esta ciudad, cerrado en septiembre de 2019 luego de funcionar alrededor de 50 años, ciudadanos recomendaron convertirlo en un centro de rehabilitación de adicciones.

“Una sugerencia (convertirlo) en una clínica de rehabilitación de las adicciones. Sería significativo que un lugar que un día sirvió para privar de la libertad a las personas, ahora sirva para liberarlas de la prisión de las drogas”, opinó José Antonio Marín López, presidente de la asociación civil Voluntarios de Protección Civil Juchitán.

“Existe una crisis de drogadicción en Juchitán, espero puedan destinar el lugar para tratar a las personas de bajos recursos que sufren esa enfermedad”, sostuvo Julio Abraham Cruz, joven escritor urbano.

Otras propuestas apuntaron hacia un mercado de diferentes tipos de productos desde alimentos hasta artesanías, para desahogar la concentración del comercio en el centro de la ciudad; otros recomendaron convertirlo en un centro de artes y oficios, un viejo sueño del extinto pintor Francisco Toledo.

El grave problema de Juchitán

La mayoría de los que opinaron sobre el destino del penal coincidieron en la grave adicción de los jóvenes a las drogas, principalmente a la “piedra” o crack, a quienes se les responsabiliza de los robos a casas y escuelas para a cambio de lo sustraído conseguir dinero y saciar su adicción a la droga.

En la ciudad sólo existe un centro privado para atender la adicción a las drogas, en donde “anexan” a los jóvenes que son adictos principalmente a la piedra, cuyas familias tienen que pagar 1 mil 500 pesos mensuales para su manutención.

Las familias aparte proporcionan a sus familiares recluidos en el centro: pasta dental, jabón, colchoneta, toalla, en donde los jóvenes reciben pláticas de grupos de Alcohólicos Anónimos (AA), Narcóticos Anónimos, aparte de pláticas religiosas.

Las familias que no tienen los recursos para recluir a sus hijos en estos centros y cuya adicción es incontrolable, llegan al extremo de tenerlos recluidos en sus casas, amarrados o encadenados para evitar que se sigan drogando.

La crisis de la adicción piedra que no distingue condición económica, ya no se limita jóvenes varones sino también a mujeres, incluidas amas de casa. 

“Existe una crisis de drogadicción en Juchitán, espero puedan destinar el lugar para tratar a las personas de bajos recursos que sufren esa enfermedad”.

Julio Abraham Cruz, joven escritor urbano

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