CIUDAD DE MÉXICO.- Renée Fleming, la Diva del Pueblo, apareció en el escenario con su vestido azul, carismática, elegante.
Era el principio del viaje, en una noche, por su repertorio predilecto. Las mujeres que ha encarnado y que más ha amado en el escenario: Manon, Thais, Cleopatra...
En español saludaba al público que agotó con semanas de antelación los boletos para el recital que marcó su retorno, después de ocho años, al Palacio de Bellas Artes y que la recibía como la diva que es.
"Damas y caballeros, estoy encantada de regresar a México y al espectacular Palacio de Bellas Artes", dijo la soprano estadounidense
Apostados afuera del teatro, en la explanada, los revendedores apostaban a una jugosa noche. y sobre Avenida Juárez, 60 granaderos permanecían custodiando las dos aceras del teatro.
Quiso comenzar puntual, ante un teatro lleno, con una de sus especialidades: Mozart. Pasaría a Cleopatra de Julio César en Egipto y a la "rock-star", Thais, capaz de capturar la atención en el escenario, y a Manon, el personaje más encantador.
Y compartiría sus hallazgos: la Velada en el mar de Saint-Saëns, con la frase que más ama: "Tú ves sonreir a Dios; yo veo al hombre llorar".
Con la escena de la locura del Mefistófeles de Boito, recibiría una de las prolongadas ovaciones. La más celebrada fue Estrellita de Manuel M. Ponce para la que volvió al escenario con un rebozo mexicano anaranjado y un vestido color vino.
Dejaría para el encore Summertime de Porgy and Bess de Gershwin.
Invitó a cantar con ella y consiguió un coro gigantesco que la acompañó en I could have dance all night de My Fair Lady.
