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No reconozco adversarios: De Tavira

Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- Después de ocho años como director artístico de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), ya no es pertinente ni saludable continuar, afirma Luis de Tavira. Fue un acuerdo que se tomó durante la primera reunión del consejo directivo, precisa, documentado en actas, aunque sin precisar fechas.


"Está claro que el periodo de mi gestión terminó", sostiene en entrevista. "Estoy de guardia esperando recibir a quien llegue".


La CNT no es la compañía de una persona, subraya el director de escena y dramaturgo. Asegura no sentirse indispensable. "Quien lleve la nueva gestión tiene que ser un artista respetado y respetable, con una tremenda vocación de servicio. Aquí se viene a servir a los demás".


Tiene una idea clara de quiénes podrían tener ese perfil, pero guarda silencio. "Se tiene que operar (la dirección artística) a través de un encargo de confianza, pero no arbitrario. No cualquiera puede ser director de una compañía nacional".


De Tavira piensa que la comunidad de la CNT, su elenco de 52 intérpretes, debe ser escuchada. "Ahí es donde reside su fuerza". La compañía, dice, es un bien nacional. "Pienso que la intención de las autoridades (culturales) será cuidarla, confío en que sea así".


Tacha de miope la acusación de que sólo llamaba a sus amigos a la CNT, 45 directores invitados en ocho años. "(Invité también a) gente crítica. Adversarios y enemigos no reconozco a ninguno. Hubo quien puso en cuestión a la CNT y luego vino a trabajar, como David Hevia. Ha sido un proyecto tremendamente incluyente".


Al reestructurarse la CNT, se conformó un consejo consultivo para la selección de las obras que funcionó los primeros años, explica. "Pero la propia dinámica lo convirtió en obsoleto". La responsabilidad recayó entonces en el staff de la compañía y en el consejo directivo, en el que participan los titulares de la Secretaría de Cultura y del INBA y otros cuatro funcionarios, que se reunían dos veces al año.


Cuando la CNT fue creada por acuerdo presidencial en 1977, no se definió su operación administrativa. De Tavira planteó en su proyecto estar fuera de la estructura del INBA.


"Hasta la fecha sigo cobrando por honorarios, con un recibo mensual", señala. "Nos pone en cierto estado de vulnerabilidad a cambio de una enorme libertad, una real autonomía".


Quienes lo acusan de opacidad en el manejo de los recursos, alrededor de 18 millones de pesos anuales, están desinformados, sostiene. "No ha habido nada que no sea transparente".


El repertorio de 59 obras de la CNT es una inversión, dice De Tavira. "Son obras vigentes que es posible remontar en cualquier momento". Sólo deja un estreno pendiente para 2017: Un enemigo del pueblo, de Ibsen, a cargo de David Gaytán. Su sucesor deberá decidir si continúa la trilogía del Proyecto Leñero, del que sólo se estrenó la primera parte: Sacrificio. "Yo esperaría que sí".


Desde 2008 visitaron 27 estados, no llegaron a cubrir la República. Salvo excepciones como Yucatán y San Luis Potosí, señala, muchas entidades ponían obstáculos para que la CNT viajara. O solicitaban una función cuando podía organizarse una temporada. 


"Por un lado, son quejumbrosos, y por otro, poco congruentes. Entre menos se haga, mejor".


De Tavira, quien el 21 de octubre ingresará a la Academia de las Artes, se dice lleno de entusiasmo para iniciar una nueva etapa creativa. "Quisiera fundar bases para el porvenir del teatro, y creo que en el interior del País hay mucho qué hacer". Ahora le tocará, tal vez, ser colaborador de la CNT: "Me encantará acompañarla y echarle porras".

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