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Lunes de panteón en el Ex Marquesado

Foto(s): Cortesía
Redacción

Fue el primer lunes de panteones como cada año se acostumbra; decenas de familias acudieron a acompañar a sus difuntos en el camposanto del Ex Marquesado, para darles el último adiós hasta la siguiente venida.


Este festejo de “lunes de panteones”, se lleva a cabo a partir del primer lunes después del 2 de noviembre hasta completar cuatro lunes, en los panteones del Ex Marquesado, San Martín Mexicápam, San Juan Chapultepec y concluyen en el cementerio del barrio de Santo Tomás Xochimilco.


Despiden a sus difuntos 


El camposanto del Ex Marquesado se llenó de familias que iban a despedir a sus difuntos; las tumbas se cubrieron de flores de cempasúchil; algunos tenían más veladoras que otras; otros estaban abandonados, sin visitas, ni un ramo de flor. 


Mientras que en unas sepulturas un grupo de personas, entre carcajadas tomaba una cerveza y compartía charlas, en otros había solo un familiar que apenas y alzaba la mirada.


La hermana de María Isabel Reyes llegó desde las 9 de la mañana a acompañar la tumba que guarda a su madre, su abuela y su tía Susana; María llegó cerca del mediodía para relevar a su hermana, dijo que la cuestión era no dejar solas a las almas mientras aún permanecían en el camposanto.


“Mi madre era de muchas tradiciones, así que debo de llevar a cabo lo que nos enseñó. Estos días los disfruto mucho con mis hermanas; aunque solo dos hermanas venimos esta vez porque las otras ya se fueron; ellas vinieron desde el 31 de octubre para poner el altar, pero por su trabajo han regresado”, comentó mientras esperaba nuevamente la llegada de su hermana.


Tradición  heredada


Luisa García Ríos es capitalina, reside en la colonia Cuauhtémoc y aseguró que desde muy pequeña, sus padres la llevaban al panteón un lunes a dejar flores a la tumba de la familia; también aprovechaban para compartir los alimentos del altar. 


“Tenemos a toda la familia acá: los abuelos, mis hermanos que fallecieron muy pequeños, los tíos y a mi padre que se nos fue hace poco tiempo. Cuando mi padre vivía, venía casi todos los días a acompañar la tumba de mi madre; ahora que ya no está, por lo menos tenemos que estar todo el día”, dijo Luisa.


Rosalba Ramos vive las tradiciones desde la Ciudad de México donde actualmente radica; puso su ofrenda antes de venir a la ciudad de Oaxaca a recibir y a despedir a sus difuntos. Junto a sus dos hermanas y otros familiares permanecieron desde temprano hasta anochecer en el panteón del Ex Marquesado, recordando historias de sus ancestros.


La hermana mayor tenía 16 años cuando su padre falleció; ahora, dos de ellas son comerciantes como su madre en vida. “A nuestros seres queridos siempre los recordamos de alguna u otra forma”, expresó.


En tanto que algunas personas se notaban alegres y manifestaban su júbilo por la celebración del lunes de panteón. La señora Violeta León Amaya no pudo evitar caer en el llanto mientras recordaba a su hijo que perdió la vida hace algunos meses. “Vine a despedir a a mi esposo, a mis hijos; Bernardo, Antonio y a Panchita; acá no se vela, pero en mi casa pusimos ofrendas como cada año, para recibirlos”. 


Las familias capitalinas coincidieron en haber puesto su ofrenda en honor a sus familiares que ya no están en vida.


Panteón del Ex Marquesado


El cronista de la ciudad, Jorge Bueno Sánchez, narra que el barrio del Ex Marquesado es popular en la ciudad de Oaxaca, el cual fue fundado el 6 de julio de 1529, cuando se le dio el marquesado a Hernán Cortés.


El cronista cita: “Con motivo de las fuertes crecientes del Atoyac de 1879, las aguas se desbordaron hasta penetrar al panteón del mismo pueblo, arrebatando en su corriente multitud de cadáveres, lo que dio lugar a que se construyera otro panteón, protegido por una tapia de adobe sobre una loma, que es el que actualmente da servicio al barrio”.


Celebración anual

-“Lunes de panteones” es una celebración que se lleva a cabo a partir del primer lunes, después del 2 de noviembre, hasta completar cuatro en diferentes camposantos.

-“Con motivo de las fuertes crecientes del Atoyac de 1879, las aguas se desbordaron hasta penetrar al panteón del mismo pueblo, arrebatando en su corriente multitud de cadáveres, lo que dio lugar a que se construyera el panteón del Ex Marquesado”, citó el cronista Jorge Bueno Sánchez.

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