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Caer o resbalar: albur en Viguera, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

Transitar por el cruce entre el Libramiento Atoyac y la calle El Tule en inmediaciones de la agencia de Trinidad de Viguera implica sortear un cúmulo de hoyos, baches y lagunas de agua estancada que permanecen aún sin lluvia.


De 7:00 a 9:00 y de 19:00 a 21:00 horas, el tráfico se enreda tanto como las prisas de los conductores lo propicien. Con o sin caos vial resulta abrumador transitar por aquí, incluso riesgoso.


Un letrero desteñido y con logos de la administración estatal que feneció en noviembre de 2016, dan cuenta que en algún momento se debieron canalizar recursos para la “reconstrucción de la obra Circuito interior-Monumento-Viguera, en el tramo del kilómetro 0+000 al 2+200”.


Si se hizo, no hay un sólo rastro. Lo que cada hoyo o bache demuestra, es la falta de mantenimiento a la vía alterna para salir o entrar de la ciudad de Oaxaca sin pasar por la carretera federal 190 en el Crucero de Viguera, donde el tráfico y las condiciones empeoraron desde hace un mes, con las obras de reencarpetamiento que aún no terminan.



Además de esquivar autos, los transeúntes deben brincar charcos. FOTO: Carlos Román

Tapan los hoyos y vuelven a aparecer


“De hecho vienen, rellenan los baches, pero cuando llueve vuelven a estar igual”, explica Fidel, un empleado de la gasolinera cercana que a diario ve las malas condiciones de ese cruce.


Para Mónica López, despachadora también de la gasolinería, la situación se agrava a falta de señalamientos viales, semáforos y educación vial. Desde el lugar donde trabaja, ha visto cómo desde hace un mes el tráfico vehicular se agrava.


En ese tiempo, sólo un policía vial se ha presentado a intentar agilizar el tráfico, pero “sólo estuvo 15 minutos y se fue”. Incluso no se presentan en caso de accidentes viales, como el que la mañana de ayer se registró entre una pipa que transportaba agua potable y un auto compacto o el que el viernes pasado por la noche se suscitó entre un camión tipo torton y un taxi colectivo.


Fueron los propios compañeros del taxista quienes a medio cruce, con una franela y la luz que emanaba de un celular, improvisaron indicaciones para evitar los nudos que en estos casos se complican todavía más.



¿Alguna vez hubo carpeta asfáltica? FOTO: Román Carlos

Desde que, con recursos federales del Proyecto de Desarrollo Regional (PDR 2017), Caminos y Aeropistas de Oaxaca (CAO) intenta rehabilitar 1.15 kilómetros de concreto asfáltico de la carretera Internacional en el sentido del crucero de Viguera al Monumento a la Madre, el libramiento a Riberas junto con la calle El Tule es la única vía alterna, lo mismo cuando hay bloqueos.


Para el señor Claudio, uno de los miles de conductores que a diario están obligados a transitar por la zona, “no hay por dónde pasar sin sortear baches u hoyos", porque “es la única salida” y eso hace soportar las malas condiciones de la carpeta asfáltica.


Sin pericia, daño seguro


Manejar sin extrema pericia implica dañar las rótulas del vehículo, enchuecar un rin o ponchar una llanta. Luis Hernández, propietario de una vulcanizadora cercana, lo sabe. En el transcurso del lunes, seis o siete conductores le solicitaron auxilio.


En la mañana de ayer ya había atendido dos desperfectos en llantas de automovilistas que a pesar de las condiciones “tienen que pasar”.


“Lo más feo es esto y el crucero de Viguera que según están componiendo”, dice con enfado Yanet López Acevedo, mototaxista de la agencia de Pueblo Nuevo, que por transitar entre baches, la semana pasada enchuecó el mecanismo que une la llanta delantera con el manubrio de su moto.


Con ironía, Dionisio López Morales expresa que este cruce “se pasa de bonito” y es el peor que como taxista tiene que transitar en cada uno de los seis viajes que al día hace del municipio de Magdalena, Etla, a la Central de Abasto.



Un desperfecto seguro si no esquivan a la perfección los hoyancos. FOTO: Carlos Román

Pasar por esta vía implica el mismo riesgo para un conductor que para un transeúnte, incluso más. Si ha dejado de llover, el agua es menos; pero cuando se camina hay que evadir el lodo o incluso saltar entre charcos, como espontáneamente lo hizo Quetzali Lázaro, una joven que vive en San Lorenzo Cacaotepec, cuando bajó del taxi para hacer unas compras en una tienda.


Conductores de automotores compactos o pesados tratan de esquivar un hoyo con agua para caer en otro, a pesar de que se suben al camellón central de El Tule o a la banqueta. La calidad de las obras de rehabilitación la conocen quienes transitan a diario por aquí. Contar el número de baches es en vano. Por tramos la carpeta asfáltica casi no existe, le ganan la tierra, las piedras o el agua acumulada.

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