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Agonizan presas de Huayápam y Tlalixtac en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

El suelo agrietado se extiende hasta llegar a la orilla de la presa. El agua se encuentra serena, no hay movimiento. Las ondas provocadas por el nadar de los patos quedaron apagadas. El nivel del agua se encuentra tan bajo que ya no es suficiente para que esas aves serefresquen en la presa El Estudiante, ubicada en Tlalixtac de Cabrera.



 


Por el bajo nivel del agua los patos migraron hacia la Azucena ubicada unos metros más adelante en donde la presa también se encuentra disminuida, pero aún les es posible nadar.


“Esto está de preocupar. Todos los años baja la presa, eso sí, para que mentir, todos los años es igual, pero en este sentimos que el agua se está acabando antes de tiempo”, explica una mujer mientras da trapazos a las mesas de uno de los restaurantes.




Los patos migraron de la presa El Estudiante debido al bajo nivel del agua. FOTO: Emilio Morales

Las presas Azucena y El Estudiante, además de ser un atractivo que cada fin de semana reúne a decenas de familias en convivencia, es también una fuente importante de abasto de agua para los cultivos de 130 productores de la zona y para el vivero que hay en el lugar.


En la presa El Estudiante el agua se alejó unos 15 metros de la altura que alcanza cuando no hay sequía. En la orilla quedó al descubierto una piedra blanquecina por los rayos del sol.


Peligro de muerte




La presa Azucena aún con un 25 por ciento de su nivel. FOTO: Emilio Morales

Los lugareños calculan que el nivel de la presa se encuentra en un 15 por ciento, sólo suficiente para que la fauna acuática que vive en el cuerpo de agua pueda seguir existiendo.


Del lado de la Azucena, el nivel se ubica en un 35 por ciento, según sus cálculos. En este punto aún es posible la realización de paseos recreativos en lanchas.


“Como el nivel de la presa está bajo, muy poca gente se anima a dar un paseo. Eso nos ha afectado un poco pero esperemos que pronto comience a llover”, expresa el encargado de las lanchas.


Fue en 1974, cuando a través del Plan Presidencial Benito Juárez, el Gobierno Federal entregó al municipio de Tlalixtac las presas para captar la lluvia y tener líquido en temporada de sequía.


Debido a que el lugar resultaba también ser un atractivo turístico, hace poco más de 36 años se colocó la primera caseta de comida. A la fecha, decenas de restaurantes rodean ambos cuerpos de agua. En el lugar se introdujeron otras actividades recreativas como paseos en caballo y en bicicleta.


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