Amores que matan
Pedro llegó tomado a casa, como todos los días, Y como cualquier otro día, golpeó a María hasta dejarla moribunda.
La mujer "durmió" en el piso, en un charco de sangre. Al día siguiente, intentó abrir los ojos, pero apenas pudo.
Un paramédico le pidió que no se moviera, que la estaban revisando. En ese momento recordó la golpiza.