Oaxaca.- La vida de don Federico González está marcada por las desgracias y la soledad. Para el hombre de 73 años la Nochebuena o Navidad no existe desde hace cuatro años, cuando falleció su esposa.
Las calles se volvieron su hogar en el momento que sus hijos lo sacaron de su casa para vender el terreno; ya no tiene a nadie, sólo vive de las limosnas y, de vez en cuando, ahoga su presente en el alcohol.
Sólo la calle y dolor
El tiempo se le vino encima, los buenos años le dijeron adiós junto con todo lo que tenía. Don Federico era afilador, de los últimos que aún mantenían vivos el oficio en la capital, pero hace cuatro años – aproximadamente- un camión lo atropelló y perdió la mitad su pierna. A los pocos meses, su esposa murió.
Desde ese entonces su mundo se derrumbó, pues sus hijos lo sacaron de su casa para venderla, al igual que el local que tenía su mujer en el mercado de abasto. “Antes tenía trabajo, nunca le pedí nada a nadie y ahora vivo de las monedas que la gente me da”, expresa.
“A veces me duermo en el mercado o donde me agarre el sueño”, confiesa el hombre, quien entre sus manos sostiene su almuerzo: dos tortilla y un trozo de queso de puerco que acaba de comprar.
Se le olvidó la Navidad
Mientras decenas de personas van y vienen entre los pasillos del mercado “Benito Juárez” realizando sus compras para la cena de fin de año, el ex afilador cae en la cuenta de la fecha.
“¿Para la cena? Ya se me había olvidado. Creo que para mí hubo cena, ya para mí no hay navidades”, confiesa el hombre, a pesar de tener a dos hijos.
“No quiero ser carga de ninguno, mejor andar en la calle, no quiero que por mí ellos tengan dificultades (con sus propias familias)”, agrega el hombre, quien se sincera y dice que a veces trata de olvidar un poco su presente bebiendo alcohol.
Para él es difícil vivir con la indiferencia de sus hijos, con la muerte de su esposa y de dos hijas más que perdieron la vida poco antes de tener su accidente.
A eso le agrega la pérdida de dos hijas más, a quienes el cáncer y la diabetes le arrebataron la vida a corta edad.
