PUERTO ESCONDIDO, Oaxaca.- El Señor de la Noticia, como era conocido Raúl Luna en el gremio periodístico en la región de la Costa, emprendió ayer el viaje a la vida eterna.
Corresponsal en este puerto durante 46 años, hizo del periodismo su modo de vida.
Raúl Joaquín Luna Cruz nació en la ciudad de Oaxaca de Juárez el 14 de agosto de 1957; además de él, sus padres Pedro Luna Martínez y Julia Cruz, procrearon a Manuel, Pedro, Graciela, Martha, Jorge, María Elena y Rosa; debido a las nulas posibilidades de estudiar una carrera por la escasa economía familiar, el Señor de la Noticia, antes de cumplir los 15 años de edad, comenzó a trabajar en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la ciudad capital.
Su pasión
Debido a su inquietud y su pasión por leer artículos de deportes, en especial del beisbol que era su favorito y el cual jugó a nivel amateur por un tiempo, después de haber cumplido los 17 años de edad, Raúl Luna se inscribió en un seminario de Periodismo que fue impartido por los periodistas de renombre Benito García y Arcelia Yañiz Cabrera, que tuvo una duración de dos años.
“Eran muy estrictos porque ellos traían escuela y nosotros, los que estábamos aprendiendo, no sabíamos nada; muchos se salieron y otros seguimos a pesar de las regañizas que nos daban”, comentaba cuando se le cuestionaba sobre su formación periodística.
A principios de los años 70, Raúl Joaquín Luna Cruz obtuvo su primera oportunidad para redactar notas periodísticas y fue en la sección que a él más le gustaba, los deportes; fue en el periódico Extra Pacifico donde comenzó a aventurarse a escribir sus primeras narraciones de los partidos de beisbol y otros deportes al lado de su colega, tocayo y gran amigo, Raúl Navarro, quien en todo momento lo asesoró e incluso le daba consejos; estos dos reporteros, con otros personajes que integraban Los Amigos de Puerto Escondido, fueron fundadores de las Fiestas de Noviembre en 1988.
Varios reconocimientos
En 1978, Raúl Luna fue integrante fundador de la Asociación de Periodistas Oaxaqueños (APO); el 30 de mayo del año 2000 recibió de manos de los integrantes del Consejo Ejecutivo Estatal, Pedro Piñón, Felipe Santiago y Felipe Sánchez, el reconocimiento “De Periodista a Periodista” por su tesonera labor informativa como reportero, que por muchos años (hasta su muerte) realizó en defensa de los intereses de la sociedad oaxaqueña: “Escribir todos los días, por más modesto que sea el medio informativo, es hacer historia y honor al principio ético de periodistas ejemplares”.
A finales de esa década fue enviado a Puerto Escondido para cubrir algunas notas referentes al surf, sin embargo, Raúl Luna optó por mudarse a este destino de playa; en 1983 fue invitado por Benjamín Fernández Pichardo para que escribiera en El Imparcial; fue así donde Raúl Luna, como “corresponsal” se comprometió en redactar todos los géneros periodísticos como son policiaca, política, cultura, problemas sociales y más; en este medio se mantuvo hasta 1995.
Corresponsal de Puerto
Un año después y gracias a la oportunidad que le dio el médico y gerente Luis Lagunas Aragón, el informador comenzó a colaborar para el periódico NOTICIAS “Voz e Imagen de Oaxaca”; cabe mencionar que Raúl Joaquín Luna Cruz también incursionó en radiodifusoras estatales y locales como son La Ley, La Grande, La Voz del Puerto y Estéreo Esmeralda hoy La Mejor 94.1, siendo en esta última estación radiofónica, así como en el diario NOTICIAS, donde colaboró hasta sus últimos días.
Alegre, tenaz, con un olfato único para encontrar la noticia, querido y odiado por muchos y realizador del periodismo crítico, después de varios años de luchar con una enfermedad crónica, Raúl Joaquín Luna Cruz finalmente perdió la batalla y falleció la mañana de ayer en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la ciudad de Oaxaca a la edad de 59 años.
Su cuerpo es velado en calle Juan de la Barrera número 206, colonia Santa Anita en Oaxaca de Juárez.
Raúl Luna, el Señor de la Noticia, recibirá cristiana sepultura la tarde de hoy, sábado, en el Panteón de San Juanito. ¡Descansa en paz y hasta siempre amigo y colega!
