Permíteme una pregunta. ¿Qué ves en la foto anterior?
Objetivamente, no es difícil decir que se trata de un niño pequeño y un hombre desnudos en la ducha pero, ¿qué ves realmente? ¿Cuál es la historia que te sugieren tus prejuicios y moral?
La real es la del amor de un padre que permanece durante horas bajo el agua fría con su hijo enfermo para que le baje la fiebre. Sin embargo, cuando algo se somete al juicio de los internautas todo es susceptible de convertirse en una caza de brujas.
Heather Witten, madre y esposa de los protagonistas, nunca imaginó, cuando decidió compartir la instantánea con sus contactos de Facebook, que la ternura pudiera ser denunciada masivamente hasta acabar siendo censurada.
Tal vez alguien pueda pensar que se hizo lo correcto. Que los padres no estaban preservando correctamente la intimidad de un menor sin voz ni voto para decidir si quiere exponerse a la mirada de millones de personas. Sin embargo, los tiros de la ofensa no iban por ahí sino por los derroteros del pudor, la represión sexual y la psicósis colectiva.
A pesar de que, en la instantánea, no se retrata ningún comportamiento sexual ni aparecen los genitales de los implicados, desató una oleada de críticas puritanas que han dejado patente, una vez más, eso de que el pecado está en los ojos del que mira.
"Las críticas no venían por exponer la intimidad del menor sino por dejar que un menor contemplara el cuerpo humano al natural"
Heather aclaró el contexto en un post de Facebook:
"Thomas llevaba horas en la ducha con Fox [enfermo de salmonelosis] intentando bajarle la fiebre y evitando que ambos se mancharan de vómito y diarrea. Sentada en el baño con ellos me sobrecogió la escena que tenía ante mí. Ese hombre. Ese marido, compañero y padre se veía tan paciente, cariñoso y fuerte con nuestro hijito en su regazo”.
Sin embargo, los usuarios y el mismo Facebook no vieron lo mismo. Los ofendidos no entienden que un padre se duche desnudo con su hijo, dejándole contemplar el cuerpo humano al natural.
"La foto se tomó cuando el pequeño, enfermo de salmonelosis, permanecía con su padre bajo el agua para bajar la fiebre"
No es la primera vez que una situación parecida escandaliza a la red. El año pasado, el cómico danés Torben Chris fue duramente criticado por publicar una foto bañándose con su hija en la bañera de su casa. Una situación que se da en muchos hogares por cuestiones prácticas, sin embargo, Thorben tuvo que justificarse:
“No hay nada de malo en un padre que le lava la vagina a su hija cuando es una niña pequeña. Al contrario, es asqueroso cuando nadie lo hace e injusto si lo hace siempre la mujer”.
Una sexualización de los cuidados paternos más rutinarios similar a la que se da cuando un par de pechos dan de comer a un lactante y algunos reaccionan como si contemplaran una película erótica. Puede que estemos en el siglo XXI pero, para algunos, sigue siendo imposible discernir entre la naturaleza del cuerpo humano y la erotización construida por la sociedad.
Además, mostrarse desnudo de forma natural es también enseñarles a los hijos un modelo de cuerpo real en contraposición a los cuerpos perfectos que imponen la publicidad y el cine.
La represión solo invisibiliza y lo que se invisibiliza no existe. Sin embargo, otra cuestión más digna de discutir sería cuáles son los límites que deberíamos establecer a la hora de compartir nuestra intimidad familiar públicamente.
