Oaxaca.- El profesor José Honorio Gaytán Hernández, de 52 años de edad, fue asesinado de dos balazos al resistirse a un asalto por parte de dos personas que viajaban en una motocicleta.
Los ladrones habrían actuado en complicidad con una o más personas que se desplazaban en un vehículo compacto color oscuro, de modelo reciente, quienes presuntamente dieron seguimiento a su víctima desde una sucursal bancaria de Santa Rosa.
Arriban a la ciudad
José Honorio y su esposa Gloria Canseco llegaron ayer aproximadamente a las 11:00 horas a la capital del estado, luego de viajar de su población de origen, San Juan Bautista Jayacatlán, del distrito de Etla.
La pareja viajó en su camioneta Ford Ranger color gris con placas de circulación RW-44467 de Oaxaca, ya que realizarían diversas compras en varios puntos de la ciudad.
Apenas llegaron a la ciudad, se dirigieron a la sucursal de Banamex, ubicada en la avenida Oaxaca, de Santa Rosa Panzacola, donde retiraron la cantidad de 45 mil pesos.
Una vez con el dinero en su poder, enfilaron hacia el centro, ya que Gloria compraría algunos productos en la tienda Veana, ubicada en La Noria y primera privada de La Noria, del centro de la ciudad.
El crimen
A las 11:45 horas, la pareja llegó a la tienda ubicada en la segunda calle de La Noria. Gloria bajó y José avanzó unos metros y luego tomó la privada, para estacionarse y esperar a su esposa.
Ni él ni ella se percataron que desde que salieron del banco, fueron seguidos presuntamente por un vehículo color negro de modelo reciente y dos personas que viajaban en una motocicleta color blanco.
La policía presume que los delincuentes utilizaron esos dos vehículos para no ser detectados en el seguimiento desde la agencia de Santa Rosa Panzacola.
Algunos automovilistas dijeron a la policía que una vez que la camioneta comenzó a avanzar sobre la privada, se le acercaron las dos personas de la motocicleta.
En tanto, el auto fue utilizado como protección, ya que se estacionó en La Noria pero obstruyendo la entrada a la privada, mientras los de la motocicleta consumaban el robo.
José fue sorprendido cuando se estacionó y presuntamente se resistió al asalto, por lo cual salió de su vehículo con la intención de hacer frente a los delincuentes.
El ahora finado, avanzó unos tres metros de su camioneta y al parecer cuando intentó derribar a uno de los ocupantes de la moto, recibió dos disparos en el abdomen, por lo cual cayó herido de gravedad.
Para ese momento, el vehículo compacto ya había avanzado y los asaltantes también emprendieron la huída.
Piden auxilio
Alarmados ante los disparos, vecinos y comerciantes llegaron a la privada para ver qué había ocurrido, donde observaron a la persona derribada.
Gloria también salió corriendo de la tienda. Nunca imaginó que el lesionado era su esposo, por lo que al verlo derribado fue víctima de una crisis nerviosa.
Paramédicos de Cruz Roja y policías municipales se movilizaron al lugar. Los primeros confirmaron que el hombre ya había fallecido al recibir uno de los proyectiles cerca de la tetilla derecha.
Apenas se pudo contener, la mujer contó que venían del banco, mientras que los policías interrogaron a los vecinos pero éstos dijeron que no vieron nada, sólo escucharon el acelerar de una motocicleta que se retiró prácticamente al mismo tiempo.
La diligencia
Personal de la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos de Alto Impacto (FEADAI) inició con las diligencias de ley y aseguró dos casquillos percutidos y dos cartuchos útiles al parecer calibre 9 milímetros.
Más tarde, la mujer compareció ante el agente del Ministerio Público para pedir la devolución del cuerpo y trasladarlo a su población de origen.
“¡Despierta José!”
Gloria no podía creerlo.
Unos cinco minutos antes, su esposo José la había dejado frente a una tienda.
Acordaron que él estaría al pendiente en la camioneta para ayudarla cuando llevaran la mercancía.
Apenas ingresó a la tienda y preguntaba por unos productos, escuchó balazos y vio que los empleados salieron corriendo hacia la privada.
Cuando regresaron, preguntó qué había pasado y le informaron que un hombre había sido herido y se encontraba derribado.
Gloria pensó en José y salió para ver cómo estaba.
Conforme avanzó en la privada, pudo ver el color de su pantalón, ya que en ese momento era atendido por los paramédicos de Cruz Roja.
Llegó justo en el momento en que los paramédicos confirmaron su muerte.
"Despierta mi amor. José, despierta, ¿por qué te hicieron esto?", gritaba entre llanto.
