Rafael Alfonso
El viernes pasado, fui requerido como emergente para la presentación de "Respirar concreto" (El Cuajilote, 2022), el más reciente título de nuestro buen amigo Jaime Santiago. La presentación se llevó a cabo en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca que, fiel al legado de generosidad del maestro Francisco Toledo, amablemente nos abrió las puertas para esta presentación. En dicha actividad, como parte de El Cuajilote Ediciones, me tocó hacer las veces de anfitrión y recibir a los invitados a la mesa, de este nuestro noveno título.
Abrió Pilar Cisneros, compañera de vida del poeta, y poeta ella misma, pero que en esta ocasión no dejó escuchar su voz, sino para dar lectura a un emotivo texto del maestro Ricardo Yañez, bajo cuya tutela Jaime ha desarrollado su formación poética, a través del Taller Itinerante del que es titular. En dicho texto, escrito ex profeso para la ocasión, el maestro Yañez hizo patente el afecto que tiene por su pupilo de quien dice: “no parece poeta; parece lo que es, mecánico”, pero escribe versos que se hacen notar por su sensibilidad y sencillez.
Acto seguido, Virgilio Torres Hernández, poeta que está próximo a celebrar los 40 años de su primera publicación, hizo los honores desmenuzando el estado de la poesía oaxaqueña y congratulándose del hecho de que "Respirar concreto" se encuentre casi desprovisto de metáforas, contraviniendo un poco una tradición de poesía grandilocuente, y yo agregaría, un tanto folklórica, que asociamos, quizá injustamente, con la poesía hecha en Oaxaca.
El mismo Virgilio, advierte el alto valor que al volumen le confiere el trabajo gráfico que le acompaña. Lo que me dio pie a la presentación de René Almanza, nacido en Monterrey y oaxaqueño por adopción, ilustrador con una amplísima trayectoria que sacó adelante la portada y los interiores del libro, haciendo coincidir plenamente el tono de sus ilustraciones, con el del poemario, un tanto oscuro, tosco y de una violencia latente.
El poemario anterior de Jaime, "En la tierra de un dios pequeño", cuyo título hace referencia Teotongo, lugar del que el poeta es originario. Cuando comparamos ambos volúmenes, es claro apreciar que mientras el primero, compuesto por los recuerdos de su infancia en su pueblo natal, puede considerarse bucólico, en "Respirar concreto" se encuentran presentes los días en que alcanzó su edad adulta en la Ciudad de México y ciudad Nezahualcóyotl. Como seguramente debió experimentar el poeta el contraste es brutal; la ciudad es una colección interminable de espacios cerrados que se superponen, y ni hablar de la vida nocturna que a lo largo del poemario nos presenta una sensación de peligro inminente, mientras el personaje protagónico lleva a cabo una búsqueda frenética, en busca de lo que podríamos definir como el amor perdido.
Solo queda decir que El Cuajilote es un colectivo de amigos que apuntalan los proyectos personales de manera colaborativa, aportando los pocos o muchos talentos que puedan tener. Entonces estamos de plácemes por corroborar, una vez más, que la amistad puede ser la clave para concretar nuestros sueños.
