Rafael Alfonso
En esta ocasión les invito a que juntos hagamos memoria de uno de los escritores más populares en lengua francesa, mismo que ha sido traducido a cientos de idiomas para ser parte importante de la vida de millones de lectores. Me refiero a Antoine de Saint-Exupéry, autor de "El principito". Es difícil imaginar que uno de los libros más tiernos y encantadores del mundo haya sido escrito por un audaz piloto de guerra, pero así fue.
La carrera de Saint-Exupéry como piloto, inició muy joven, cuando con motivo del servicio militar fue asignado a la Fuerza Aérea. Poco tiempo después de terminado su servicio formó parte de los pioneros del servicio postal aéreo. Con este oficio acumuló horas de vuelo en el Norte de África y la costa mediterránea de Europa. No pasó mucho tiempo para que se integrara a la compañía Aeropostal, y fue el encargado de iniciar los trabajos de la misma en Argentina, donde radicó algún tiempo y conoció a su esposa, la rica heredera salvadoreña Consuelo Suncín.
A la par de estos trabajos empezó a escribir profesionalmente, primero como periodista, luego como autor de libros que iban a medio camino entre la crónica de aventuras y la novela. A esta serie pertenecen "El aviador" (1926), "Correo del Sur" (1928) y "Vuelo nocturno" (1931). Dicha serie se coronó con la novela "Tierra de hombres" de 1939.
En 1940 sucedió lo impensable, la Alemania nazi cometió uno de sus mayores atrevimientos, invadió Francia. A pesar de la feroz resistencia, los franceses se enfrentaron a un ejército mejor equipado tecnológicamente, con una sorprendente estrategia y una determinación implacable que rápidamente ocupó el país. La Fuerza Aérea Francesa contaba con muchas unidades, pero sus aviones eran obsoletos. En esas condiciones no fue rival para el enemigo que había invertido millones de marcos en desarrollo tecnológico. La tripulación de la cual formaba parte Antoine de Saint-Exupéry fue una de las cinco sobrevivientes de un total de 23 que se lanzaron contra la aviación alemana en los primeros días de la ocupación francesa. El sacrificio inútil de sus compañeros fue el origen de las diferencias irreconciliables entre el escritor y el líder histórico de la resistencia, Charles de Gaulle, quien lo acusó absurdamente de apoyar a Alemania, y posteriormente, una vez en el poder, promovió el retiro del primer tiraje de "Piloto de guerra", de 1942, obra donde Saint-Exupéry narra estos acontecimientos.
Una vez consumada la tragedia y desmantelada la Fuerza Aérea Francesa, varios pilotos buscaron incesantemente la forma de volver a volar para contribuir a la liberación de su país. Uno de ellos fue nuestro reseñado, que en el ínter, se dio tiempo de escribir la conmovedora historia que lo tiene en la posteridad: "El principito" (1943). La misión en la que murió Saint-Exupéry, presuntamente abatido por un avión alemán, fue una misión de reconocimiento de terreno. Dichas incursiones se llevaban a cabo con aviones reconstruidos o muy viejos que no contaban con la capacidad de abrir fuego. Eran misiones por demás peligrosas y en algunos casos podrían decirse “suicidas”.
A las pocas horas del despegue se perdió contacto con la aeronave, de manera que para la tarde ya lo daban por perdido. Tres pilotos alemanes distintos, se han adjudicado el derribo del Lockheed P-38 F5B Lightning que piloteaba Saint-Exupéry la mañana del 31 de julio de 1944.
