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Consultorio del alma: Cuenta conmigo; La vida no es un videojuego

CONSULTORIO DEL ALMA
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

 

Desde siempre, los seres humanos han buscado formas de comprender su existencia y su relación con el mundo que les rodea. A menudo, utilizamos metáforas y analogías para dar sentido a nuestra vida y experiencias. En esta ocasión, voy a proponer una analogía peculiar, que espero les resulte interesante: ¿puede la vida ser comparada con un videojuego?  

 

Semejanzas entre la vida y un videojuego

 

En los videojuegos, la progresión es esencial. El jugador debe avanzar, superar obstáculos y completar niveles para alcanzar el objetivo final. De manera similar, en la vida, nos encontramos en la necesidad constante de avanzar. Desde la infancia hasta la vejez, experimentamos cambios, desafíos y etapas que debemos superar para alcanzar nuestros objetivos personales. Estos obstáculos o retos pueden ser impredecibles y salirnos al paso, de manera que nunca encontramos un camino llano que nos permita transitar sin estar alertas.

En la vida, como en un videojuego, la inmovilidad no es una opción. El mundo sigue girando, y no podemos detener el tiempo. Dejar de crecer o de aprender es un camino directo hacia la insatisfacción. En un videojuego, quedarse quieto tampoco es opción; de hacerlo, las amenazas nos alcanzarán y los obstáculos se harán insuperables.  

 

Diferencias entre la vida y un videojuego

 

En los videojuegos, el objetivo suele estar a la vista: ganar ciertas recompensas o completar una misión específica. En la vida, este propósito puede ser incierto o cambiar con el tiempo. La búsqueda de un propósito en la vida es una cuestión personal y mucho más compleja. Para la vida, es importante contar con una disposición a la plasticidad, de manera que tengamos la oportunidad de adaptarnos a las circunstancias cambiantes. Lo que no nos mata, dice la voz popular, nos hace más fuertes y sabios.

Otra diferencia obvia es que, a diferencia de los videojuegos, en la vida real no contamos con vidas extras, ni con la opción de reiniciar la partida. Cada elección y cada acto tiene consecuencias de las que uno no puede eximirse. Esto requiere, en principio, una mayor responsabilidad en nuestras acciones y decisiones.

Implicaciones patológicas

 

Si consideramos la vida como un videojuego, podemos entender ciertas patologías psicológicas de una manera nueva. Aquellos que por muchas razones quedamos detenidos y nos sentimos incapaces de avanzar, ya sea porque construimos nuestras propias versiones idealistas de la realidad o nos entregamos sin reservas a nuestro placer, podemos experimentar una sensación de estancamiento y de incompatibilidad con las exigencias del mundo exterior cuyas expresiones pueden ser la apatía y la falta de conexión con los demás.

En última instancia, la vida es mucho más que un juego. Es un viaje que nos desafía, nos permite crecer y aprender, y nos brinda la oportunidad de encontrar diversas satisfacciones. Como seres humanos, estamos a la búsqueda de respuestas. A través del análisis psicoanalítico, podemos comprender mejor cómo enfrentamos los desafíos y por qué tomamos ciertas decisiones.

¿Quieres saber más? Escúchanos este viernes a las 12:00 del día en "La hora del deseo", por Radio UNIVAS. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921.

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