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Pesimismo y el empobrecimiento del mundo exterior

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Alejandro José Ortiz Sampablo

 

Días atrás, en una reunión de amigos, una persona joven comentaba lo difícil que, en ocasiones, le resulta iniciar su día. Considera que su vida es insípida: las mismas cosas, personas, la rutina diaria y sueños que parecen estar muy lejos de realizarse. Además de ello, no falta la gente a la que le gusta joder la vida a los demás.

Un observador y un entusiasta

Decidí solo escuchar, a pesar de que un buen amigo mutuo dijo: "¡Mira, qué coincidencia! Aquí está el psicoanalista. Él te puede ayudar". Solo sonreí. De haber intervenido le hubiese avalado todo lo dicho, lo que a ojos de los demás sería darle la razón, pero aclarar la diferencia entre una cosa y la otra será digna de una nota más adelante. Por otro lado, no escuchaba en su discurso que estuviera pidiendo ayuda, más bien oía a alguien que ya tenía una clara postura de quien considera que su vida es una porquería.

No faltó quien quiso dialogar y hacerle cambiar de opinión, intentando animarla con el discurso de que la vida es hermosa y que venimos a este mundo a disfrutarla. Finalmente, esta discusión no llegó a mucho.

Dos opuestos

He de confesar que me entretuve al observar el choque de dos mundos, ninguno dispuesto a ceder. Ambas personas tenían buenos argumentos, solo que no se escuchaban entre sí, pues la primera persona hablaba del empobrecimiento que ha sufrido el mundo exterior para ella, discurso que la segunda persona desestimaba para imponer su punto de vista optimista. Lo más común en situaciones como esta, es establecer conversaciones sin tomar en cuenta las opiniones de la persona con quien se habla, eventualmente porque acontecen, en lo psíquico, tres cosas: el decir del otro resulta chocante, uno se encuentra ensimismado en sus sentimientos y la forma de pensar del individuo es imperante y no da cabida a otras ideas.

En la atención psicoanalítica son muchos pacientes que llegan con ese desinterés por la vida; por ello, sé que sería infructuoso intentar cambiar de parecer a personas como la de la reunión, pues aquellos pensamientos son el resultado de una gran cantidad de procesos psíquicos, conjugados con las vivencias y afectos que la han llevado a esa disposición pesimista.

Cuando hace un momento mencioné que le daría la razón de haber intervenido, me refería a que no contradeciría su postura, más bien me hubiera comportado al igual que en el consultorio y le hubiese hecho contar más al respecto, pues este método sería lo único que llevaría a la joven mujer a tomar conciencia de cómo el mundo exterior ha pasado a tener tan poca valía para ella.

El empobrecimiento del mundo es algo que le sucede comúnmente a la entidad psíquica llamada Yo, pues su constitución se lo permite. Si sufres por el empobrecimiento del mundo exterior o tu pesimismo, hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.

¿Quieres saber más?  Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.! Escúchanos este viernes en punto de las doce del día por: https://www.facebook.com/RadioUnivas

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