Alejandro José Ortiz Sampablo
El domingo por la mañana, con el desgano propio de cuando el cuerpo te invita a seguir durmiendo, recordé que hoy lunes se festeja a una de las figuras más importantes de la vida de hombres y mujeres: los maestros.
La propuesta de homenajear al magisterio nacional surge de la iniciativa que, ante el pleno constituyente, llevara el doctor Enrique Viesca Lobatón, diputado por Coahuila, y el teniente coronel del Ejército Mexicano, Benito Ramírez García, legislador por Veracruz. Como resultado de esto, el 15 de mayo se festeja a los maestros de nuestro país, de todos los niveles educativos y ¿por qué no?, de la vida. Muchos tenemos la fortuna de haber contado con enseñanzas de maestros de la vida.
Tres líneas de pensamiento
Lo anterior hizo que me llegara tal cúmulo de pensamientos, que por un momento no supe la línea a tomar para escribir esta nota, por lo que decidí, queridos lectores, compartirles tres de ellas. Por un lado, recordé mi historia con todos los maestros que tuve y sigo teniendo, pues deseo escribirles para agradecer sus enseñanzas; por otro lado, creo importante reconsiderar la degradación que se ha intentado hacer, política y socialmente, del magisterio (en particular el oaxaqueño). Podría mencionar que las razones de quien promueve dicha degradación en los momentos de que los maestros realizan sus plantones y marchas, son obvias, pero al parecer muchos y muchas se dejan llevar por los discursos simplistas que ponderan la idea de que los profesores son unos flojos y de que solo exigen beneficios para ellos.
Así también, recordé cómo los seres humanos olvidamos la importancia del agradecimiento, ya que adoptar dicho afecto nos lleva como especie a evolucionar a nivel psíquico, pues con ello, en la entidad psíquica llamada Yo, se refuerza el ideal de la necesidad del otro, es decir, se fractura la omnipotencia del Yo.
El agradecimiento, una necesidad del Yo
En el último pensamiento del párrafo anterior recordé cuando cursaba el cuarto año de primaria junto con mi primo Juan Carlos -de mi grado, pero integrante de otro grupo-; sus compañeros y los míos organizamos un baile para festejar a los profesores en su día. Los maestros se sorprendieron de cómo dos grupos escolares dejaron de lado su rivalidad para sacar adelante esta celebración. A partir de esta anécdota, remarco lo siguiente:
Ante la necesidad de agradecer a ese otro que nos brinda un bien material o intelectual, surgen entre los seres humanos, y en determinados momentos, las muestras de cariño. Hoy sé que esto ocurre cuando se reúnen ciertas circunstancias psíquicas, o cuando se impone lo que Freud forjó en su concepto del Superyo (otra de las tres entidades psíquicas que conforman a nuestra personalidad). Sin embargo, cuando el Yo se envilece con las personas psíquicas -como los son los padres y los maestros-, el agradecimiento es algo que difícilmente surgirá. De lo anterior, hoy comenzamos a recibir las consecuencias. Cada día es más común ver entidades psíquicas omnipotentes que caen en estados patológicos graves.
¿Quieres saber más? ¡Acércate a nosotros y pregunta por nuestras asesorías de manera gratuita! Pide informes y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!
Síguenos en Facebook: Instituto de Estudios e Investigación Psicoanalítica A.C.-INEIP o llámanos al 951 244 70 06 / 951 285 39 21.
