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Hackean museo de Austria; piden devolver penacho de Moctezuma a México

Foto(s): Cortesía
Luis Ángel Márquez

El Confidencial

 

Sebastián Arrechedera y Yosu Arangüena son los dos activistas mexicanos que se confabularon para hackear el Museo Etnográfico de Viena, en Austria, y exigir que el penacho de Moctezuma sea devuelto a México.

 Arrechedera es documentalista, mientras que Arangüena es publicista. En entrevista llevada a cabo con el periódico El Confidencial al pasado 14 de febrero, ambos explican que esta misión fue tan discreta "que el propio museo podría enterarse con este artículo que las audioguías que escuchan los visitantes no son las originales".

Se trata de una operación en la que se han intervenido las audioguías para que los visitantes del museo vienés escuchen, en lugar del audio convencional, un mensaje de reclamación histórica grabado por ellos sin que nadie se haya dado cuenta. “Como no podíamos robar las audioguías, porque ahí nos metíamos en un problema con la policía, metimos audioguías nuestras. Las compramos y se las hemos ‘regalado’ al museo”, explica con ironía Yosu Arangüena, quien participa en el proyecto documental Audioguías de la Verdad. Cuando nos escuchamos la historia cambia. “Lo pueden considerar una donación”, añade entre bromas Sebastián Arrechedera.

¿Cómo se llevó a cabo el golpe?

“Lo que hemos hecho es comprar el mismo modelo de audioguía y cambiarlas por las nuestras. El mensaje que escuchan los visitantes en todo el museo es el mismo salvo cuando se plantan delante de la corona de Moctezuma donde escuchan nuestro audio sobre su origen y pertenencia en inglés, alemán y español”, explica Yosu.

El golpe se organizó sin implicar a nadie del personal interno del museo. “Nadie sabía nada. El museo deja entrar gratis a los mexicanos como cortesía por tener ellos la corona. Nosotros tomábamos una audioguía, dábamos la vuelta como turistas, nos íbamos al baño, sacábamos la nuestra y al devolverla dejábamos dos. El primer día estábamos muertos de miedo, pero lo que nos dimos cuentas es que era muy simple meterlas. Las audioguías no las tienen contadas, las echan en un cubículo, recargan y las toman de nuevo los visitantes. Es muy simple, al menos hasta que lean este artículo, que no se hayan dado aún cuenta del cambio”, señala Sebastián. ¿Aún están funcionando? “Por lo que sabemos, sí”, responde Yosu.

En total han metido unos 50 aparatos modificados. “Como hubiera sido sospechoso que cada día entráramos nosotros al museo, nos han ayudado a dar el cambiazo jóvenes de diversas nacionalidades que viven en Viena y que decidieron apoyarnos”, explican ellos.

Lo que han escuchado ahora muchos visitantes en esas audioguías modificadas es la voz de un personaje singular, Xokonoschtletl Gómora, un descendiente de aztecas que lleva toda su vida luchando para que la que él llama la ‘Corona de su emperador’ regrese a casa.

Gómora es el líder de la Asocación Civil Yankuik Anahuak. Habla varios idiomas, ha intervenido varias veces en la ONU para explicar sobre el patrimonio cultural de su pueblo y ha organizado marchas de más de 3.000 kilómetros por 13 países europeos con 120 mexicanos de 13 diversas etnias para denunciar el expolio. También ha realizado acampadas de protesta por toda Austria. “Ha sido detenido por la Policía por esos hechos”, recuerdan Yosu y Sebastián.

“Hola, te doy la bienvenida a esta audioguía de la verdad. Una versión de la historia contada por los herederos de los que sufrimos la invasión europea. Mi nombre es Xokonoschetlet Gómora, soy un descendiente azteca, y he dedicado mi vida a que la sagrada corona de nuestro emperador Moctezuma vuelva a nuestra tierra. Hoy es 13 de agosto del año 2021, un día de luto para México porque se cumplen 500 años de la destrucción de Tenochticlán a manos del invasor español Hernán Cortés”, es el inicio del audio “hackeado” que escuchan los visitantes ahora en inglés, español y alemán.

Luego, en un audio que dura ocho minutos, Gómora dice que la pieza “llegó a Viena como consecuencia del saqueo europeo del patrimonio histórico que se exhibe en varios museos de ese continente como Austria, Francia, España, Inglaterra y Alemania”, y añade que “Kopilli Ketzalli (nombre de la pieza en azteca) es una corona real preciosa, no un penacho. Significa poder espiritual. Es como la mitra del Papa (…) La historia escrita por Hernán Cortés habla de un emperador que se postró a sus pies, pero la verdad es que fue una invasión que exterminó una civilización completa”.

Finalmente, el visitante escucha que “no creemos en la versión, ni en las supuestas verdades y hechos de tantos años”. Se refiere Gómora a que el Gobierno austriaco denegó la devolución o préstamo de la simbólica pieza porque sus investigadores aseguran que el delicado penacho no soportaría las vibraciones del traslado del viaje y se destruiría. Según él, eso son excusas para no devolver la corona.

No hay constancia de que sea de Moctezuma


El problema es que en realidad, pese a lo que diga Gómora, no hay ninguna evidencia histórica de que el penacho sea una corona que haya pertenecido a Moctezuma, ni siquiera se sabe cómo apareció en Viena. “Hay muchas versiones y verdades sobre esta pieza. En el mismo museo ellos mismos asumen que hay una nebulosa sobre su origen. Nosotros decidimos contar la verdad de Xokonoschetlet y de todos esos activistas que creen que es la corona de su emperador. Lo que sí está claro es que salió de México”, explica Sebastián. “En el propio museo hablan de que quizá no sea un penacho, y sea una corona o incluso un arreglo que se llevaba en la espalda”, dice Yosu.

Un artículo del investigador mexicano Daniel Salinas, titulado ‘El Penacho de Moctezuma, suspendido entre Austria y México por cinco siglos‘, asegura que su aparición en Viena fue casi casual y que su origen es incierto. Hasta ahora se ha contado que Moctezuma le regaló el penacho a Hernán Cortés, pero no hay ninguna constancia de eso y su rastro es difuso. “La primera posible mención del penacho lo ubica ya en el centro de Europa, listado en el inventario de la colección del Conde de Suabia Ulrich von Montfort de 1577”, dice Salinas.

Cómo llegó a Centroeuropa no se sabe, pudo ser parte de los objetos que Cortes mandaba al emperador Carlos V y de ahí pasar a manos del noble germano, pero no hay ninguna prueba escrita. Desde entonces, asegura Salinas, hay diversas referencias a la pieza que va cambiando de manos y acabó en el Palacio del Belvedere de los Habsburgo. “En 1878, el penacho fue sacado a la luz, cuando el geólogo Ferdinand von Hochstetter, director del recién creado Museo de Historia Natural de Viena, lo encontró olvidado en el Belvedere mientras recorría colecciones imperiales en busca de objetos para que formaran parte de la colección etnográfica del nuevo museo. A pesar de hallarlo doblado y algo apolillado, Hochstetter reconoció su singularidad e importancia y lo transfirió al museo, donde fue restaurado”, señala Salinas. ¿Dónde debe estar el patrimonio sacado por las colonias?

PREGUNTA. El audio es bastante crítico con la dominación española y vuestra acción coincide, aunque haya sido una coincidencia, con un momento muy convulso político sobre este periodo histórico. ¿Juntar el aspecto político a algo que se estaba tratando desde un punto de vista histórico artístico le quita o le da fuerza a vuestra petición?

SEBASTIÁN. Definitivamente le quita.

YOSU. Desde 2009 tengo en la cabeza esta idea de la Corona. Fue el expresidente Calderón el primero que empezó a pedir el penacho y el expresidente Fox estuvo a punto de traerlo. Yo esta historia la conocí por Calderón no por AMLO. Lo malo es que se asocia tanto a AMLO que parece que estamos trabajando para él.

Sobre el contenido del audio de Xokonoschetlet, su visión es que “decidimos intervenir el museo y encontramos la historia de Xoko y decidimos que alguien tenía que ponerle voz a la reclamación. Puede que nosotros no estemos de acuerdo al 100% con cosas que él dice en el audio, pero queríamos darle una voz a alguien que no tiene voz. Todos los mexicanos tenemos algo de españoles, esa es una gran mentira de los mexicanos, y sí nos molesta un poco que se politice este tema”, comenta Yosu.

Un penacho local, un debate global


El penacho de Moctezuma abre un debate internacional muy actual. Los países colonizados, especialmente por las potencias europeas, están reclamando la devolución de su patrimonio. La histórica reclamación griega al Museo Británico de los famosos frisos del Partenón tiene hoy replicas por todas partes de países como China, India, Egipto… y en este caso México.

¿Hay riesgo real si se traslada el penacho? “La pieza está exhibida en una caja gigante que dice la audioguía original que puede soportar fuertes temblores de tierra. Pero en 10 años han cambiado muchas cosas. La pieza no es siquiera original, se cambiaron cosas como ponerle latón y quitarle el oro. Ni siquiera podemos asegurar que sean plumas originales. 500 años para una pluma es complicado mantenerlas. Pero en todo caso, es pluma y metal, y nuestra sensación es que puede moverse. Podemos mandar satélites a miles de kilómetros, podemos hacer ese traslado”, opina Yosu.

“En Change.org hemos pedido que sea una comisión independiente de expertos la que determine si se puede o no transportar”, comenta Sebastián.

El problema para Austria, como para la mayor parte de museos importantes del mundo, es abrir una espita que afecte a muchas piezas y muchos países. En ese mismo museo hay obras de otros muchos lugares que podrían reclamarse tras una primera devolución. “Hay muchas más piezas de muchos países. Yo creo que lo de la tecnología es una excusa porque tras el primer museo que ceda se viene la oleada. Hay que devolver la piedra Rosetta, sarcófagos… Esto está pasando en el British, Louvre… Es un problema que afecta a empresas millonarias, que son los museos, y que pueden caer”, opina Yosu. “El penacho es la pieza que más ‘merchandising’ tiene en el museo y hay siempre un discurso como para proteger que no se puede mover”, asegura Sebastián.

 

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