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El secuestro de Alfred Heineken, el rey de la cerveza

Foto(s): Cortesía
Aleyda Ríos

Agencias

El secuestro de Alfred Heineken, presidente de la junta directiva y CEO de la compañía cervecera Heineken International y una de las personas más ricas de los Países Bajos, y su chofer Ab Doderer, fue un crimen que tuvo lugar entre el 9 y 30 de noviembre 1983 en Ámsterdam.

Fueron puestos en libertad tras el pago de un rescate de 35 millones de florines neerlandeses, equivalentes a unos 16 millones de euros.

Los secuestradores Cor Van Hout, Willem Holleeder, Jan Boelaard, Frans Meijer, y Martin Erkamps, fueron finalmente capturados y cumplen diversas penas de prisión.

Antes de ser extraditados, Van Hout y Holleeder permanecieron durante más de tres años en Francia, primero como fugitivos, a continuación, en la cárcel, y luego, a la espera de un cambio del tratado de extradición, bajo arresto domiciliario, y finalmente de nuevo en prisión.

Meijer escapó y vivió en Paraguay durante años, hasta que fue descubierto por Peter R. de Vries y encarcelado allí.

En 2003, Meijer dejó de resistirse a su extradición a los Países Bajos, y fue trasladado a una prisión holandesa.

El secuestro

Cor van Hout, Willem Holleeder, Frans Meijer y Jan Boellaard habían estado preparando el secuestro durante dos años. Más tarde se les unió Martin Erkamps.

Realizaron varios intentos de plagio de Alfred Heineken, de 60 años, y su conductor Ab Doderer, de 57, en la casa de Heineken en Noordwijk.

Heineken fue secuestrado en la tarde del 9 de noviembre por cinco enmascarados a punta de pistola cuando salía de la sede de su empresa, en pleno centro de Amsterdam.

Su chófer, de 57 años de edad, trató de interponerse y los secuestradores se lo llevaron también.

El plagio ocurrió a las 18:56 horas frente a la oficina de Heineken en el Weteringplantsoen en Amsterdam.

Las víctimas fueron retenidas en una nave industrial que pertenecía a Boellaards, una empresa de fabricación de madera, en el parque empresarial De Heining en Westpoort, en la parte occidental de la zona del puerto de Amsterdam.

La nave industrial fue preparada de antemano, ya que habían construido un espacio insonorizado en uno de los extremos del inmueble con una doble pared y una puerta oculta.

Esto hizo que la nave industrial de 42 metros de largo tuviera 4 metros menos, algo que pasó inadvertido. Los secuestradores se hacían cargo de los prisioneros fuera de sus horas de trabajo.

Rescate de las víctimas

En diciembre de 1983, la Policía holandesa liberó de madrugada al empresario  Alfred Heineken y a su chofer. Luego detuvo a 24 integrantes de la banda que lo secuestró.

El empresario y su chofer se encontraban en pijama y encadenados, en una fábrica en el aeropuerto de Amsterdam.

Gracias a la sintonía del servicio mundial de la BBC el rey de la cerveza holandés, Alfred Heineken, y su chófer, Ab Doderer, fueron liberados por la Policía en Amsterdam, tras tres semanas de secuestro.

El rescate ya había sido pagado y sólo se recuperó una parte. Pero la Policía, en una espectacular operación, detuvo a 24 implicados en este plagio, todos holandeses. Cuatro de los responsables siguieron, sin embargo, en libertad.

Según indicó K. Sietsma, comisario jefe de Amsterdam, luego del plagio, la Policía estableció prioridades: liberar a los secuestrados primero, atrapar después a los secuestradores y, finalmente, recuperar el rescate.

La pista principal que guió a la Policía fue una carta anónima que recibió la empresa, poco después del secuestro, en la que se citaban los nombres de tres criminales implicados en el caso.

Los secuestradores habían entrado ya en contacto con la empresa, exigiendo un multimillonario rescate.

El contacto prosiguió a través de anuncios por palabras en los periódicos, pero ya los secuestradores habían exigido a la Policía, la empresa y la familia que se atuvieran a un completo silencio frente a la Prensa. La Policía realizó varias pesquisas en casas y barrios de Amsterdam y contactó con la Interpol ante la posibilidad de que los secuestradores se encontraran ya fuera del país.

Localizan a los plagiados

El rescate se pagó cuando la Policía ya sospechaba que Alfred Heineken y su chofer Ab Doderer se encontraban prisioneros en una fábrica de madera en el puerto de Amsterdam, en torno a la cual se había situado un equipo de observación.

Y no sólo observó, sino que escuchó que de allí provenía la sintonía musical de la BBC, que es la emisora favorita del magnate de la cerveza. Al no recibir respuesta de los secuestradores, y ante el temor de que huyeran al extranjero, la Policía decidió intervenir, y a las cinco de la madrugada, liberó a los secuestrados.

Los dos hombres se encontraban solos, en sendas celdas, vestidos con pijamas y encadenados a la pared, por lo que no hubieran podido escaparse por sí solos.

Gozaban «de una salud razonablemente buena», explicó la policía, al describir su estado, tras haber vivido todo este tiempo en estrechas celdas y mal vestidos. Ambos tenían transistores portátiles y un juego de cartas, con los que se habían entretenido.

Poco después, en las afueras de Amsterdam, la Policía detenía a 24 miembros de la banda que había llevado a cabo el secuestro. Se trata de un clan familiar, según la Policía, conocido años atrás por crímenes menores y sin implicaciones políticas.

Fuga y detención del líder criminal

Frans Meijer, entonces de 30 años, fue el holandés que encabezó el secuestro del empresario multimillonario, Alfred Heineken.

Meijer fue detenido en Holanda y remitido a la clínica de salud mental Pieterbaacentrun, de donde escapó para refugiarse en Paraguay.

El holandés huyó luego de que la justicia de su país lo declaró culpable del plagio del empresario y su chofer. El mismo ya contaba con una sentencia de 12 años que debían ser cumplidos en una penitenciaría de los Países Bajos.

Frans Meijer adoptó el nombre de Rudolf Doves, de nacionalidad holandesa, y además portaba un carnet de radicación de la propia Dirección de Migraciones.

Ya con su nueva identidad, Doves (Meijer) contrajo nupcias con una ciudadana paraguaya identificada como María Graciela Corrales, con quien tuvo tres hijos.

Mejor no pudo haber sido la coartada puesto que la descendencia es prácticamente un seguro de residencia para cualquier persona radicada en Paraguay.

El 16 de abril de 1995, la Interpol detuvo a Meijer en el barrio San Blas de la ciudad de Paraguarí.

Los ahora ex jueces Jorge González Riobó y Angel Barchini, liberaron al holandés el 5 de mayo del mismo año.

El 9 de mayo de 1995, Barchini libró una nueva orden de captura sobre Meijer, quien fue detenido el 28 de enero de 1998 en la ciudad de Fernando de la Mora por parte de agentes de la Interpol.

El proceso de extradición de Frans Meijer fue solicitado el día 5 de febrero de 1998, poco tiempo después de su segunda detención.

Meijer estuvo recluido en el Penal de Tacumbú, hasta el 29 de marzo del 2003, luego de que finalmente, el juez Gustavo Santander Dans dispuso que el procesado fuera devuelto a su país de origen.

Meijer regresó a su país en un avión de la Fuerza Aérea holandesa, con agentes de la Interpol-La Haya, que llegaron hasta Asunción para dar cumplimiento a la disposición del juez.

 

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