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Mitla y la ruta arqueológica de Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

VALLE DE TLACOLULA, Oaxaca.-Visitar Mitla (la Ciudad de los Muertos) sin antes recorrer Lambityeco, Dainzu y Yagul, resta la posibilidad de maravillarse con el crecimiento constructivo de las poblaciones que, hasta antes de la llegada de los españoles, habitaron esta tierra.


El recorrido puede iniciar en la zona arqueológica de Dainzú (Cerro de órganos), localizada a 23 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, el acceso es por la carretera federal 190.


En estas tierras rodeadas de cerros, que conforman la meseta de Caballito Blanco, los zapotecas construyeron la ciudad de Dainzú, la cual resplandeció 800 años, 600 antes de Cristo y 200 después de Cristo, según datos de las exploraciones.


Entre sus atractivos está una arquitectura que se adaptó a la topografía del lugar, como si los edificios de hace cientos de años se hubieran recargado en los cerros.


Uno de sus construcciones prehispánicas, conocida como edificio A, pudo tener fines religiosos. Sus cuatro plataformas se levantaron con piedras unidas con barro; al sur una galería de esculturas monumental con piezas grabadas en relieve que pudieran representar a jugadores de pelota, por la forma humana en aparente movimiento.


Además de un juego de pelota similar a los que existen en Monte Albán y Yagul, Dainzú muestra otro edificio cuyas superposiciones arquitectónicas delatan diferentes momentos ocupacionales; pero lo más atractivo es su entrada, resaltada por la cabeza del jaguar.



Lambityeco, en el montículo 195 sub se pueden observar algunas grecas. FOTO: Jesús Santiago

Lambityeco y únicos retratos esculpidos


Muy cerca de ahí, a 5 kilómetros, entre árboles de pirú, jacarandas, biznagas, cactáceas, mezquite, serpientes, conejos, ratas de campo y reptiles, la ciudad prehispánica de Lambityeco (Cerros de alambique o loma hueca) muestra los únicos retratos de personas de esa época.


Los rostros de los gobernantes que vivieron en esa ciudad no sólo fueron inmortalizados en esculturas de relieve de estuco, sino que fueron sepultados en su palacio, el de los Racoqui que probablemente ocuparon el palacio del año 650 al 675 después de Cristo.


Al centro del patio del palacio está la tumba, adornada con las caras esculpidas del señor Uno Temblor y la Señora 10 Caña, dato único en la arqueología de Oaxaca y que representan retratos de personas.


La ausencia del fémur entre los restos osteológicos hallados en la tumba y su presencia en los elementos que conforman los frisos, formada por un Coqui y su esposa, posibilita que se hubiera sacado de la tumba como símbolo de su derecho hereditario a ser Coqui.



En Lambityeco se hallaron los primeros vestigios del empleo de la greca que es referente de Mitla. FOTO: Jesús Santiago

Mascarones del Dios de la lluvia


Además, en esta misma zona arqueológica se pueden conocer los vestigios de lo que fue el palacio de los Cocijo, en referencia al Dios de la Lluvia, el trueno y el rayo, cuyos muros laterales de su escalinata están decorados con dos mascarones, estilizados a base de estuco,


Cada mascarón tiene penachos de plumas largas con un glifo al centro y la cara estilizada de un jaguar, que alude al misticismo y protagonismo e importancia en aquella época.


Rayos relámpagos en una mano simbolizan los poderes como Dios del Rayo, y en la otra, una vasija en forma de florero con representaciones de agua saliendo de la boca, una suerte de representar su control sobre las lluvias.


Grecas aún sin estilizar


La arqueóloga Cecilia Robles Torres, precisa que Lambityeco empata con el asentamiento de Dainzú, pero era aquí donde se trabajaba en la extracción de sal y su relevancia la obtiene porque se empezaron a utilizar las grecas mucho antes que en Mitla, donde su base fueron las lajas.


“El uso de grecas en Lambityeco todavía no era tan estilizado, se echó mano de la piedra, cerámica y estucado”, explicó.


La cimentación de los edificios que se han explorado “no era habitacional”, pues conformaban conjuntos religiosos para adorar al Dios Cocijo, así que su palacio es emblemático, porque ahí se realizaban las reuniones religiosas con personas de rango alto.


Otra joya arquitectónica


A dos kilómetros de Lambityeco se localiza Yagul (Árbol o palo viejo), un centro cívico-religioso desde donde se dirigían las actividades de la ciudad que representa la evidencia de la ocupación humana desde el año 3 mil antes de Cristo.


Su época de mayor esplendor ocurrió entre el 750 y 950 después de Cristo. Siguiendo las pendientes naturales de los cerros, lo que queda de las terrazas tienen forma escalonada.


Arriba de la meseta de Caballito Blanco están pirámides, palacios, sepulcros y el gran juego de pelota. Se sabe que en su momento fueron de color rojo.


Es la doctora Nelly Robles quien destaca el valor de la tumba triple que aquí se localiza, al calificarla como “una novedad en la construcción y el diseño en una ciudad que estuvo dispuesta a innovar las propuestas estéticas que habían tenido su origen siglos atrás en Monte Albán”.


Su refinada arquitectura y lugar privilegiado dentro de la traza urbana, son los argumentos para visitarla y entender las raíces de las grandes culturas que se desarrollaron en el México prehispánico.

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