SAN PABLO HUIXTEPEC, Oaxaca.-No necesita llegar noviembre para que el regidor electo de acuicultura de esta localidad, Luis Alberto Díaz Sierra, tenga claro que la falta de lluvia arruinó el 80 por ciento de los cultivos de temporal de este municipio, el más productivo en los Valles Centrales.
Como si vaticinaran esta fatalidad, no todos los productores sembraron sus tierras. En las lomas donde se carece de sistema de riego, a lo mucho tres mil hectáreas fueron labradas, muchos “prefirieron no hacerlo”.
Entre noviembre y enero próximos se planeaba levantar la cosecha que, cuando la lluvia es abundante, permite un rendimiento de hasta cinco mil toneladas por hectárea, pero este año “es prácticamente nula o pérdida total”.
En algunos sembradíos la milpa que debió alcanzar entre 2.5 y 3 metros de altura, se estancó a menos de la mitad, dejó de crecer a los dos meses de su siembra. Por falta de agua se detuvo el proceso de crecimiento.
Si hace un mes hubiera llovido, la cosecha “al menos serviría para forraje”. Armando Morales Arango, encargado aquí de la unidad climatológica de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), asegura que en este municipio sólo “ha caído el diez por ciento de la lluvia necesaria para la agricultura”, con algunas lloviznas.
A medias, detenido el crecimiento de las mazorcas. FOTO: Mario Jiménez
Zacate, pero de mala calidad
Con más años que Armando, Enrique Rodríguez Salazar se acostumbró a que las lluvias empiecen en abril y finalicen en octubre, pero generalmente se retiran entre el 15 y 16 de septiembre, por lo que ya da por perdido lo que intentó sembrar en media hectárea.
“Nada más la preparada del terreno sale en 2 mil 500 pesos”, dice sin seguir a pensar en los números rojos que le dejó una mala temporada de riego.
“Invertimos y no sacamos nada”, y de inmediato encadena el efecto de la falta de agua de lluvia a la cría de ganado bovino que aquí también se realiza: “La situación del ganado va a ser crítica, no tienen ni pastura”.
En otras dos hectáreas de tierra que también posee Enrique, la milpa apenas y alcanzó a crecer 20 centímetros de altura.
“Es triste que la temporada de lluvias desde el año pasada venga mal, escasa”, y si no hay suficiente “no hay cosechas, no hay nada”, y eso que le dio un riego con agua que sacó de un pozo.
700 mil toneladas de maíz al año es el promedio de potencial productivo de Oaxaca
12 mil hectáreas de este municipio se destinan a la agricultura.
7 mil hectáreas se destinan al maíz
1 mil 300 hectáreas cuentan con sistema de riego.
32 unidades de riego, ejidos y propiedades
25 hectáreas son de invernadero
Dependencia a la lluvia
“Más allá, hacia el poniente, no tenemos riego y la milpa no dio ni espiga, se secó, estábamos con la esperanza de que nos lloviera en estos días, pero sigue el estiaje fuerte y ni siquiera parece que estamos en temporada de lluvias”, dice con el ceño fruncido por la decepción.
De las 12 mil hectáreas cultivables, menos del 10 por ciento cuenta con sistema de riego. Es en las lomas de los cerros, por el tipo de suelo, donde las dificultades para intentar la tecnificación, se complica.
A la falta de apoyos oficiales se suma la veda que impide perforar nuevos pozos de donde extraer agua para riego, no hay manera de obtener un nuevo permiso. La dependencia de la lluvia es inevitable.
Lo que se tendrá para este ciclo agrícola, de otoño invierno, será básicamente forraje para el ganado, se consuela Eleazar Eusebio Vásquez Rodríguez.
“Todo lo que está en la zona de arriba de la población están prácticamente siniestradas porque el temporal fue escaso de lluvia, donde hay unidades de riego es donde se va a aprovechar”, pero la cantidad de esas hectáreas es poca, ni siquiera el 10 por ciento.
Demanda de ayuda
Ante este panorama, Díaz Sierra es quien expresa la voz de auxilio a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario Pesca y Acuacultura (Sedapa) y a la delegación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
“Lo único que se va a lograr es lo que se está regando ahorita, necesitamos apoyo del Gobierno para que nos apoyen para volver a sembrar” en los siguientes ciclos agrícolas, ante la descapitalización por la falta de lluvias.
Y de inmediato resalta: ”San Pablo es un pueblo donde se ha cosechado mucho maíz y necesitamos semilla, fertilizante y no dejar de sembrar”.
No hay duda, el 80 por ciento de la siembra está siniestrada.
