Oaxaca.- “Quisiera uno comprar más o mejores cosas, pero no da”, expresa con aflicción don Víctor Martínez, mientras rodeado de una multitud de juguetes, sostiene entre sus manos un tractor con herramientas de plástico.
El padre de familia se esfuerza por mantener viva la ilusión de que los Reyes Magos llegarán a casa la madrugada del 6 de enero, para dejar regalos a los niños que se portaron bien durante todo un año.
Las opciones para llevar a casa un juguete son vastas, no así el dinero del que dispone para surtir la lista requerida por su hijo de siete años.
El precio, el límite
Con un semblante que expresa preocupación, el padre recorre la tienda de juguetes ubicada en el centro de la ciudad. Toma varios camiones, algunos que funcionan a control remoto,con pilas y los más sencillos. Todos llaman la atención del hombre, pero su decisión está sujeta al precio.
En ese mismo espacio, Bertha Sánchez trata de elegir la muñeca para su hija de tres años de edad. Busca alguna que habla, o que realice alguna gracia.
La madre de familia se siente un poco decepcionada de no poder cumplir la lista de peticiones de su pequeña. “Ella quería uno de los carritos como los que hay en el parque, pero están muy caros, están como en tres mil pesos, muy muy caros”, agrega Bertha, mientras la empleada del lugar le muestra una muñeca que emite sonidos.
Dejan los juguetes de “marca”
Empleados del lugar apuntaron que cada vez son más las opciones en el mercado sobre los diferentes tipos de juguetes.
La diversidad de marcas invaden el mercado, algunas tratando de imitar los juguetes de las grandes marcas conocidas, especialmente las de muñecas y coches.
Don Víctor Martínez trabaja como cocinero al sur de la ciudad; sus ingresos apenas alcanzan los tres mil pesos al mes, más propinas.
Buscan rendir los pocos pesos
“Lo único que deseo es que mi niño no pierda la ilusión de los reyes, que no pierda ese espíritu”, expresa el padre, quien en sus bolsillos lleva 500 pesos para la ocasión.
El dinero destinado para esta celebración forma parte de una cooperación entre los padres del menor, por lo que tratarán de hacer rendir lo recaudado, porque no hay más.
De la misma cantidad también dispondrá Bertha, madre soltera, a quien después de la compra de la muñeca le sobran 180 pesos para comprar una carreola de juguete, o para algo más que le alcance.
El precio marca la diferencia
Pistas de carrera con autos: 310 pesos
Muñecas tipo monster high: 120 pesos
Muñecas tipo barbie: 110 pesos
Muñecos transformables: desde 100 pesos
Juegos de belleza, con más de 100 accesorios: desde 200 pesos
