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Viven la pasión en el penal de Ixcotel, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

La mañana amaneció triste...presagiaba la muerte.

 

Sus manos se unieron, de sus labios brotó una oración, pidiendo fuerzas como lo hiciera en su tiempo Jesús de Nazareth, horas antes de realizar su sacrificio por los pecados de los mortales.

 

 

Es Aarón quien desde pequeño hizo una manda, en el sentido de representar a nuestro señor Jesucristo, fue hasta este año en que, al encontrarse encerrado purgando una condena, tuvo la oportunidad de realizar la representación para, de alguna manera, expiar sus culpas.

 

 

Desde temprana hora empezaron a llegar los familiares de las personas que se encuentran en este Centro de Readaptación Social (CERESO), para acompañarlos por espacio de algunas horas y convivir con ellos con esta obra, que en esta ocasión superó en mucho a las de los años pasados.

 

 

 

 

 

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Los azotes que recibió Jesús.

 

 

Algunos se encontraban en la labor de cosida de balones, bolsas de plástico, otros tomados de las manos de sus parejas, muy pocos con el uniforme color café que tienen asignado y que utilizan cuando se realiza el pase de lista, la mayoría en pantalón de mezclilla con playera blanca, con chanclas.

 

 

Minutos antes del inicio de la representación número 20 de las últimas horas que vivió Jesucristo, José Jarquín López, director del Centro Penitenciario número uno de Santa María Ixcotel, mencionó que la escenografía fue realizada por parte de los mismos internos, “algunos son carpinteros, otros artesanos, por lo que, cada quien aportó su trabajo y conocimientos para realizar los escenarios, se les apoyó con tela que requirieron, pero ellos hicieron todo”.

 

 

Explicó que este tipo de actividades, les sirve a ellos para encauzar las emociones, “sabemos que la situación de encierro siempre les genera situaciones encontradas, y esto les ayuda de salir de ese estrés”.

 

 

 

 

 

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Acompañado por los ladrones.

 

 

Para esta ocasión, se contó con el apoyo de una maestra de teatro de la dirección general de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO),  por espacio de dos meses, durante dos horas diarias, después del pase de lista, la compañera se encargó de apoyar a los internos que siempre han participado en ésta representación”.

 

 

Minutos después de las 11:00 horas dio inicio con la oración que realizó Jesucristo en un olivo conocido como el Getsemaní, ubicado en una de las ladera del Monte de los Olivos.

 

 

Hasta ahí llegó Judas Iscariote quien por 30 monedas de plata, lo había traicionado y que, con un beso en la mejilla entregó a su maestro, donde para evitar que fuera apresado Pedro sacó de entre sus ropas una espada con la cual cortó de tajo el oído de uno de los soldados romanos que lo fueron a apresar.

 

 

El herido era Malco, siervo del sumo sacerdote, Jesús pidió a sus apresadores que lo soltaran, para después sanar al herido y reprendió a Pedro su desenfreno y le mandó que volviera la espada a su vaina.De ahí fue enviado ante Poncio Pilatos, quien no encontró en él algún delito, por lo que, lo envió con Herodes Antipas, quien después de pedirle que hiciera milagros y declararlo loco, lo volvió a enviar a Pilatos.

 

 

De ahí siguieron los latigazos, los insultos, las burlas ante Jesucristo, para luego, ser crucificado.

 

 

 

 

 

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“Mujer, ahí tienes a tu hijo...ahí tienes a tu madre”.

 

 

Desfalleciente, en la cruz, dijo “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

 

 

Gestas increpó a Jesús ¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y también a nosotros, Dimas lo reprendió ¿No temes a Dios tú que estás en el mismo suplicio? Nosotros lo hemos merecido y pagamos por lo que hemos hechos, pero éste no ha hecho nada malo. Y añadió “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino".

 

 

Jesús le respondió “Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

 

 

Luego, vio a su madre y le dijo “Mujer, ahí tienes a tu hijo...ahí tienes a tu madre”.

 

 

En los estertores de la muerte elevó su voz al cielo ¡Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?

 

 

Después de unos minutos dijo “Tengo sed”, por lo que un soldado romano lleno una esponja con vinagre y se la acercó a la boca.

 

 

De acuerdo a lo escrito en el antiguo testamento, en el sentido de que entregaría su vida para salvar a la humanidad, dijo: “Todo está cumplido”.

 

 

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, fueron sus últimas palabras para fallecer crucificado en la cruz.

 

 

Cada uno de esos pasajes fue representado acompañado de música  de fondo, que hacía estremecer a los invitados, así como a los familiares de los internos que participaron en esta puesta en escena, que sin duda alguna, superó a la de años anteriores, ya que incluso, sacó las lágrimas de varios de los asistentes.

 

 

Concluida la representación de las últimas horas de la pasión de Jesucristo, Aarón comentó que estaba agradecido por haberle dado ese papel tan importante, “es una orden de fe, amor, cariño y que hay tiempo de darnos cuenta que a veces cometemos errores”.

 

 

Señaló que nunca se debe perder la fe y la esperanza, “hay alguien que nos mueve, Dios, y si hay que hacer las cosas debe de ser con amor”.

 

 

Aseguró estar arrepentido por lo cual se encuentra internado en ese Cereso, así como pidió perdón a las personas que por su causa sufren en estos momentos, “espero estar pronto con mi familia afuera, a veces hay dolores que físicamente no duelen tanto, sino que duelen más en el alma y en el corazón, y de eso, hay que darnos cuenta”.

 

 

Así, al meterse de lleno en el personaje principal, al cargar la cruz, pensaba en su familia, en lo que le ha pasado y en que, simplemente era un dolor físico, el cual se puede superar.

 

 

Su madre, Rosalía, ahí presente mencionó “Dios sabe por qué hace las cosas, y le damos gracias a él por todo lo que nos ha pasado, todos cometemos errores, a veces somos juzgados injustamente y en ocasiones existen errores que tenemos que pagar".

 

 

Para ella, fue una satisfacción grande, pero sobre todo una satisfacción, “porque era un deseo que él tenía desde niño, él fue catequista del pueblo de donde es originario, ha participado en otros eventos”.

 

 

Refirió que sintió dolor al ver como era azotado su hijo al representar a Jesucristo, por parte de los soldados romanos “porque es el más chico y yo nunca le puse la mano encima, hasta ahora que ví que lo golpearon, pero era un deseo que él tenía y yo lo veo feliz”.

 

 

Referente a él dolor que sintió María en los momentos en que agredían a su hijo, indicó que era el mismo que ella padeció “le doy gracias a Dios que permitió que hiciera ese papel, todo lo que nos ha pasado tiene un resultado, esperemos que pronto se vea”.

 

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