José Jiménez es agricultor originario de San Juan Bautista Cuicatlán y cada cierto tiempo toma sus productos como guanábanas, aguacates y miel para viajar a la capital oaxaqueña a comercializarlos.
Comparte que el Centro Histórico de la capital oaxaqueña se ha convertido en un lugar en el que puede vender sus productos, pues siempre hay en las calles alguien interesado en sus productos.
El agricultor sabe que invertir en pasaje y el costo que le cobran de su mercancía, así como comida, es la opción más “segura” para poder vender sus productos y para que éstos no se echen a perder.
“En la comunidad todos sembramos lo mismo, así que sería difícil venderlo y en la capital las personas prefieren comprar lo local, auténtico de los pueblos”, subraya.
También hay temor
Por su parte, don Jesús González, agricultor de Cuilápam de Guerrero, relata que tiene miedo de vender en las calles, pues ha escuchado que a veces les quitan sus productos.
Por ello, trata siempre de ofrecerlos desde que llega a la capital, saliendo de la terminal de autobuses y aunque hay días en los que en menos de tres horas se terminan sus jícamas y lechugas que trae, en otras ocasiones es difícil ofertarlas.
Detalla que a veces viene dos veces por semana, por lo que se baja en el Periférico y camina hacia el mercado de La Merced donde se queda un rato, después recorre las calles del Centro Histórico y cuando todavía tiene mercancía, llega hasta la Central de Abasto.
Ayuda de redes sociales
Don José afirma que hay veces en las que ha visto cómo las personas publican sobre personas que están vendiendo sus productos en ciertos puntos de la ciudad, por lo que llegan a comprarles para terminar su cosecha.
Aunque no le ha ocurrido, afirma que es un buen gesto de las personas y entiende a los productores por lo que llegan a pasar, al ser ya de noche y que sigan sin vender sus productos.
“Da mucho gusto cuando es temprano y ya se vendió uno todo, pero cuando no, está el temor de que se descomponga o hasta llega uno a rematarlo con tal de no tener pérdidas”, señala.
Esto mismo comparte don Oscar Cortés, quien recorre las calles de San Jacinto Amilpas y otros municipios para ofertar pan de trigo, fresas, guayabas y otros productos que él cosecha.
Menciona que en una ocasión le tocó una colonia en la que una vecina avisó en su grupo de WhatsApp que él andaba por las calles vendiendo sus productos, por lo que todos los vecinos se acercaron a comprarle y así ya tiene clientes.
“Ya sólo tengo que tocar en las puertas de los vecinos que me compraron en esa ocasión y ya me vuelven a comprar. Algunas veces que no llego a venir, luego me preguntan que por qué no vive”, relata.
El comerciante comparte que en las calles se encuentra con más productores que deciden salir de sus comunidades a ofrecer lo que siembran para tener un pequeño ingreso para llevar a sus familias.
Lo que venden en la calle
- Flores
- Artesanías
- Frutas
- Verduras
- Ropa bordada a mano
Las razones
- Mayor venta
- En sus comunidades todos siembran lo mismo
- No dejar que se descompongan su cosecha
“Ya sólo tengo que tocar en las puertas de los vecinos que me compraron en esa ocasión y ya me vuelven a comprar. Algunas veces que no llego a venir, luego me preguntan que por qué no vive”.
Oscar Cortés, agricultor
“En la comunidad todos sembramos lo mismo, así que sería difícil venderlo y en la capital las personas prefieren comprar lo local, auténtico de los pueblos”.
José Jiménez, agricultor
